En la crisis de Acorex se dan varias circunstancias: un descenso drástico de la facturación, pérdidas en sus industrias y una guerra interna de poder. Se habla también de injerencias y decisiones erróneas.

PÉRDIDAS ECONÓMICAS

El grupo cerró el año 2013 con un balance muy negativo. La facturación cayó entonces en 74 millones de euros en solo un año y las pérdidas rondaron los 10 millones de euros. Grandes industrias participadas como Tomcoex o Acosierra no hicieron más que incrementar la deuda.

DISPUTA INTERNA

En 2013 comenzaron los vaivenes en la cúpula directiva del grupo. Se produjo una fractura interna entre los socios tras la dimisión de Matías Sánchez y salir elegido para encabezar el consejo rector el presidente de una cooperativa pequeña. Hasta entonces había estado controlada por las grandes que tenían mayor representatividad. Se celebró una asamblea posterior declarada ilegal.

SALIDA DE LOS SOCIOS

El enfrentamiento interno era tal que en el verano de 2014 presentó su baja en Acorex San Isidro de Miajadas, la principal cooperativa del grupo tanto en facturación como en socios. Hicieron lo propio después Amalia de Sajonia (Santa Amalia) y Campiña Sur (Granja de Torrehermosa). Esto aumentó la desconfianza en el grupo.

CONCURSO

En el 2015 Acorex eligió un consejo rector de consenso, realizó varios ERE para despedir a más de un centenar de empleados y en octubre de ese año presentó formalmente el concurso de acreedores.