El Congreso de los Diputados da luz verde hoy a la toma en consideración del texto de reforma del Estatuto de Extremadura con los únicos votos en contra de los diputados de Izquierda Unida (IU), Gaspar Llamazares, y de Unión, Progreso y Democracia (UPyD), Rosa Díez.

Así pues, a partir de ahora la reforma estatutaria inicia los trámites parlamentarios para su aprobación final. De entrada, se abrirá un plazo para la presentación de enmiendas parciales al texto, lo que se prolongará durante varias semanas.

Una vez registradas, la reforma y las enmiendas pasarán a las manos de la Comisión Constitucional del Congreso, que preside el socialista Alfonso Guerra, que deberá aprobar un dictamen que habrá de ser elevado nuevamente al Pleno de la Cámara. La propuesta de reforma del Estatuto extremeño, como Ley Orgánica, requerirá mayoría absoluta para ser aprobada.

De ahí se remitirá al Senado donde, si no se introducen enmiendas, como ha ocurrido con las anteriores reformas estatutarias, saldrá directamente hacia el Boletín Oficial del Estado para su entrada en vigor.

El texto extremeño, registrado en el Congreso el pasado día 28 de septiembre por el presidente de la Asamblea regional, Juan Ramón Ferreira, y calificado por la Mesa de la Cámara el pasado 6 de octubre, es la décima reforma estatutaria que se registra en el Congreso desde la llegada al Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero.

Seis de ellas completaron la tramitación parlamentaria en las Cortes Generales (Comunidad Valenciana, Cataluña, Andalucía, Baleares, Aragón y Castilla y León), una fue rechazada en el primer debate (el llamado Plan Ibarretxe de Euskadi), otra se frustró en comisión por falta de consenso (Canarias) y la última es la de Castilla-La Mancha.

En ese contexto, la duda es si la reforma extremeña acaba o no adelantando a la de Castilla-la Mancha, que aunque también llegó con acuerdo de socialistas y populares, lleva encallada en la fase de ponencia desde la pasada primavera.