La figura de Carlos V como canalizador de buena parte del humanismo y el universalismo que impulsaron Erasmo de Rotterdam y Francisco de Vitoria fue puesta ayer en valor durante la clausura, en Cáceres, de un congreso internacional que ha reunido a varios expertos mundiales de muy diversas universidades.

Bajo el título Carlos V, Vitoria y Erasmo en Yuste, este congreso permitió adentrarse en los orígenes de los valores actuales de Europa y en el prisma multidisciplinar del llamado «sentido de Estado», informa EFE.

Al acto de clausura, celebrado en la Facultad de Filosofía y Letras del Campus de Cáceres, estaba prevista la presencia de Felipe VI, que finalmente no asistió por «no interferir», según fuentes de la Casa Real, en la situación educativa generada en Extremadura por la filtración de varios éxamenes de la EBAU (antigua Selectividad).

TENDER PUENTES / La clausura de este congreso, organizado por el Instituto Universitario de Estudios Europeos de la Universidad CEU San Pablo, en colaboración con la Fundación Academia Europea e Iberoamericana de Yuste y la Universidad de Salamanca, contó con la ponencia El Patriotismo cultural: escuela de Salamanca, a cargo del historiador Fernando García de Cortazar.

Previamente a la lectura de las conclusiones del congreso, leídas y analizadas por Marcelino Oreja, García de Cortazar, en un enfoque de país y de universalismo, remarcó la necesidad de «tender puentes entre gentes distintas, fuera de cualquier prejuicio».

«España es el país de todas las culturas», agregó el historiador -Premio Nacional 2008-, quien considera que «la mala hierba de intolerancia» se acaba secando.

García de Cortazar, alabó el papel que «desde siempre» ha jugado la Universidad de Salamanca en todos los ámbitos del ser humano, dijo que «Europa sería muy distinta sin Séneca, San Juan de la Cruz, Machado o Blas de Otero», entre otros, así como «sin Toledo, Salamanca y Santiago».

A su juicio, Salamanca y Alcalá de Henares son «la historia de la universidad española». «En la ciudad del Tormes retumbaron las ideas de los mejores pensadores y de sus aulas salía la cultura a borbotones», añadió.

Por su parte, Oreja expuso que Erasmo de Rotterdam y Francisco de Vitoria «tuvieron la sagacidad de ir más allá de su momento histórico, pensando en un nuevo orden internacional».

«Entre Vitoria y Erasmo hubo coincidencia de fines, pero no tanto de medios», indicó el diplomático español, quien incidió en «el paralelismo» de ambos pensadores y humanistas, aunque con diferencias.

Ambas visiones confluyeron en Carlos V, «quien supo encauzar buena parte de las mismas en su idea de Estado y del orden internacional, especialmente a lo referido a Europa».