Antes de abandonar el hogar comprobar que puertas y ventanas estén bien cerradas, y para no indicar la ausencia, no bajar por completo las persianas.

No divulgar su marcha a los cuatro vientos, sólo a los más allegados y dejarles un teléfono de contacto para poder ser localizado.

No dejar objetos de valor en la vivenda y no desconectar el timbre de la puerta.

Facilitar la llave a un familiar para que visite el hogar y recoga el correo acumulado.

No abrir nunca la puerta de la vivienda ante cualquier llamada, es necesario mirar antes por la mirilla.