El plan piloto de implantación de la receta electrónica que se ha desarrollado durante un año en cuatro farmacias de Malpartida de Cáceres, Santa Amalia y Puebla de Obando arroja un resultado esperanzador al rebajar la presión administrativa sobre los médicos de Atención Primaria, pues se ha reducido un 40% el número de consultas. Así se expuso ayer en el Congreso Nacional de Farmacéuticos que se celebra en Ifeba, Badajoz, con la asistencia de unos 500 profesionales de toda España.

Es una cifra superior a la registrada en otras regiones donde ya se ha implantado. Según el presidente del Colegio Farmacéutico de Badajoz, Cecilio Venegas, y el director general de Asistencia Sanitaria, Ceciliano Franco, mejora "el control, la comunicación médico-farmacéutico y la renovación automática para pacientes crónicos".

Venegas señaló que "durante la experiencia nos ha pasado de todo, se nos ha caído el sistema informático y se han perdido bases de datos pero conocidos los problemas, estamos en condiciones de hacer la expansión".

Franco valoró la experiencia, en la que se han emitido 150.000 recetas electrónicas, y calcula que antes del verano se habrá extendido al 80% de la comunidad. Venegas concretó que la semana pasada se implantó en 16 farmacias, y que el reto es llegar a las 250 para después llegar todas, 670, a mediados del 2009. Es un "sistema con el que todos ganan", manifestó.

MEDALLAS DE ORO Por otro lado, los colegios profesionales de Cáceres y Badajoz entregaron sus medallas de oro a los farmacéuticos colaboradores del plan piloto, en un acto al que asistieron, además de Venegas y Franco, el presidente del Consejo General de Farmacéuticos, Pedro Capilla, y el del colegio de Cáceres, Pedro Claros.

Los galardonados fueron Aurora y Luis Ceña que regentan su farmacia en santa Amalia; Manuel Pedregal, que lo recogió en su nombre María Jesús Arroyo; Paloma Casero, en cuyo nombre lo recogió Santiago Valverde, y Estrella Carmona.