La Unión de Consumidores de Extremadura (UCE) y la Unión de Pequeños Agricultores (UPA) denunciaron ayer conjuntamente la elevada diferencia que hay entre el precio que se paga a los agricultores y ganaderos por un producto y el que tienen que pagar los consumidores en los establecimientos comerciales. Por ello solicitaron la creación de un doble etiquetado con el que poder moderar lo que consideran un abuso.

Según Lorenzo Ramos, secretario general de UPA, es "una absoluta barbaridad" que algunos productos incrementen hasta casi doce veces más el precio que pagan los consumidores en relación con la ganancia que perciben los ganaderos por los productos. Este es el caso del solomillo de cerdo, pues un ganadero cobra 1,15 euros por kilo, mientras que que el consumidor paga cerca de doce euros. Además, Ramos destacó "la ausencia de ayudas comunitarias a los productores, por lo que sólo perciben el precio de las distribuidoras".

Como solución a ello, Lorenzo Ramos y Javier Rubio, presidente de UCE, exigieron al Gobierno el doble etiquetado de los productos, ya que afirmaron que "con la implantación del doble etiquetado habría una mayor transparencia en el mercado y el consumidor conocería al detalle el precio de origen y el final de venta al público y, por tanto, tendría un mayor poder de decisión".

La organización agraria y UCE han firmado un convenio por el que "se dará a conocer periódicamente una lista de productos de primera necesidad para informar a la sociedad de los abusos ejercidos por los distribuidores sobre el incremento de los precios", según informaron ayer ambos colectivos.

Del mismo modo, Lorenzo Ramos añadió que "esta situación se repite en nuestro país debido al abuso de los distribuidores responsables de introducir el producto en el mercado".