El consumo de carburantes en la comunidad autónoma creció en el 2017 por cuarto año consecutivo y marcó su máximo en los últimos seis ejercicios. Los datos de la Corporación de Reservas Estratégicas de Productos Petrolíferos (Cores) recogen para la región un consumo total durante el pasado ejercicio de 903.115 toneladas, un 1,2% más que en el 2016, cuando fueron 892.283.

De la misma manera que la crisis económica llevó a un desplome en el consumo de estos derivados del petróleo (en el 2007 la cantidad consumida llegó a ser de 1.092.637 toneladas en Extremadura), ahora el repunte de la actividad económica está llevando a un progresivo aumento de las ventas. En el caso específico de los combustibles de automoción (gasóleo A y gasolinas de 98 y 95 octanos), supusieron un 81,1% del consumo de estos derivados del petróleo en el 2017, con 732.901 toneladas, por un 16,2% del gasóleo agrícola (146.948). La distribución se completa con 19.861 toneladas de gasóleo C (el empleado para calefacción y el único que disminuyó, bajando desde las 22.367 toneladas registradas en el 2016) y con el fuelóleo BIA, un combustible para uso industrial en hornos, calderas o secaderos, del que se gastaron 3.404 toneladas (el año anterior habían sido 2.790).

Esta tendencia al alza registrada el año pasado ha continuado, con más fuerza, durante los dos primeros meses de este 2018 (últimos para los que hay datos de Cores). Las 148.109 toneladas que han salido de los surtidores ubicados en la región entre enero y febrero suponen casi un 8,8% de subida respecto a los mismos dos meses del 2016.

«Lo cosa está algo más animada», confirma Fernando Mena, presidente de la Asociación Regional de Empresarios de Estaciones de Servicio de Extremadura (Aresex), quien puntualiza no obstante que, aunque las ventas estén creciendo, «al haber más competencia, nadie está subiendo, mucho». En este sentido, según los datos facilitados por la Consejería de Economía e Infraestructuras, en los dos últimos años el número de estaciones de servicio en la región se ha incrementado en más de una veintena, de 423 a 444, nueve de ellas ganadas en el último año.

En cuanto al arranque del 2018, Mena coincide en que «los dos primeros meses han sido buenos, pero marzo ha sido un desastre». Varias semanas de lluvias prácticamente ininterrumpidas «se han notado una barbaridad», y han hecho disminuir el volumen de los desplazamientos por carretera. Tanto los efectuados por motivos de ocio como los de trabajo. «Los agricultores, por ejemplo, han estado parados. Ha habido una paralización muy fuerte», esgrime.

EL DIÉSEL MANDA / 87 de cada cien litros de combustibles de automoción que salen de los surtidores extremeños son de gasóleo A, con 640.170 toneladas despachadas en el 2017, frente a 92.732 de gasolinas. Y eso a pesar del significativo aumento que se está experimentado en las ventas de los automóviles que emplean gasolina. En el 2015 supusieron un 28% del total de matriculaciones; en el 2016 un 33,1%; y en el 2017 un 36,2%.

Sin embargo, a día de hoy el parque automovilístico extremeño sigue funcionando mayoritariamente con gasóleo. Con 381.907 turismos, los diésel suponen dos terceras partes del total, doblando a los de gasolina (196.824). Y eso sin contar el parque de tractores, camiones o autobuses, que utilizan gasóleo en su mayor parte. Así que, tal y como señala Mena, «durante mucho tiempo el gasoil va a ser lo que más se venda». Entre las gasolinas, la de 95 octanos concentró casi todas las ventas, con 88.962 toneladas, por 3.404 toneladas de la de 98 octanos.

Por meses, junio, julio y agosto, coincidiendo con el periodo de mayor número de desplazamientos por las vacaciones de verano, fueron en el 2017 los tres con un mayor consumo de combustibles de automoción en Extremadura.