La Junta de Extremadura, a través del Instituto Regional de Consumo, ha comenzado su campaña de control de juguetes, que se alargará hasta finales de diciembre con más de 200 inspecciones en toda la comunidad y cuyo objetivo es evitar la venta de juguetes que entrañen riesgos para la seguridad de los niños o que no cumplan la normativa nacional y europea sobre etiquetado.

Según la Administración autonómica, la ley exige una serie de requisitos de seguridad para los juguetes, como la presentación de la marca CE, mediante la cual el fabricante confirma que los juguetes cumplen la normativa comunitaria; o el etiquetado con nombre, marca, dirección del fabricante, información sobre uso y montaje, advertencias sobre riesgos y edad mínima para su utilización.

Esta campaña de control de juguetes "está diseñada para llevarse a cabo en los establecimientos en los que se realice venta de juguetes, y comprobar básicamente la información obligatoria que deben presentar éstos", así como los datos obtenidos por la inspección ocular de los productos y embalajes de los juguetes. Según informan desde la Junta, se está poniendo especial atención a las tiendas multiprecio, donde se venden productos de toda clase y que en épocas navideñas aumentan su oferta de juguetes, generalmente de importación, para venderlos a precios reducidos. No obstante, también se va actuar en jugueterías, hipermercados y tiendas de venta ocasional.

IMPLICACION DEL COMPRADOR En cualquier caso, la Junta destaca que "el mejor inspector es la persona que realiza la compra", que siempre debe cerciorarse de que el juguete lleva la marca CE, que las instrucciones están en castellano y que está identificado perfectamente su fabricante o responsable de su comercialización. Se debe comprobar también que el juguete atiende a los intereses de los menores y es adecuado a su edad, así como que "no transmita valores no deseados y no sea sexista".

Asimismo, las autoridades recuerdan que al elegir un juguete para un niño menor de 3 años, debe comprobarse que no tiene piezas pequeñas que se puedan tragar. Si se trata de un muñeco con relleno, hay que asegurarse de que está bien cosido para que el niño no lo pueda sacar y metérselo en la nariz o la boca, con riesgo de asfixia. También se recomienda que antes de adquirirlo, hay que abrir el envase y sacar el juguete para comprobar si tiene aristas cortantes, puntas o cualquier cosa que suponga un peligro para los niños. También se deben evitar los juguetes con hilos y cordones, porque el niño se los pueden enrollar al cuello y estrangularse.