Corchos Oliva elabora el carbón vegetal para barbacoas que se venden en más de 1.500 supermercados Mercadona de todo el territorio nacional. En la actualidad, sus responsables estudian cómo fabricar más carbón, más rápido y con mayor respeto al medio ambiente. La fábrica de Oliva de la Frontera lidera un proyecto de investigación junto con la Universidad de Extremadura y dos empresas especializadas en ingeniería y energía para aprovechar el humo que se desprende en sus hornos durante la fabricación del carbón.

Felipe Adame, director general de Corchos Oliva, explica que con la reintroducción del humo para aumentar el calor del horno, el proceso de fabricación del carbón para barbacoa será muchísimo más rápido y sobre todo con menor impacto ambiental, uno de los grandes objetivos de la empresa. La investigación está prevista que se extienda durante dos años.

Desde que Corchos Oliva se convirtiera a finales del año 2013 en interproveedor de Mercadona la fábrica ha experimentado un cambio evidente. Esta línea de investigación se enmarca dentro de este desarrollo de la empresa. No es el único proyecto de futuro de la firma. Actualmente construye una nave de 1.000 metros cuadrados para depósito de carbón a granel e instala un sistema de aspiración para mejorar los procesos de producción en la fábrica.

En pleno corazón de la dehesa extremeña, Corchos Oliva es una empresa familiar que ha superado la estacionalidad de la demanda de carbón para convertirse en el suministrador a 'full time' de la cadena de supermercados que dirige Juan Roig.

La relación comercial de Corchos Oliva con Mercadona comenzó en 2012. Entonces era un pequeño proveedor de Mercadona. Tenía ocho trabajadores, cuya empleabilidad dependía de la época del año.

Felipe Adame, tercera generación de fabricantes extremeños de carbón, vio claro que había que romper con la estacionalidad de la demanda de este combustible, asociada excesivamente con la climatología y el tiempo libre.

BUENA SINTONIA Conectó con la forma de trabajar de Mercadona y sus exigencias de calidad. Aunque al principio aquello "se le hizo un mundo", muy pronto la fábrica comenzó a elaborar carbón sin parar conforme a la demanda de uniformidad y excelencia que pedía la cadena de supermercados.

En año y medio pasó a ser interproveedor para todas sus tiendas. El personal creció de siete empleados a una veintena y la facturación, que ya se había duplicado en 2012, experimentó un incremento en 2013 del 200 por cien, superando los 3 millones de euros.

Corchos Oliva realizó entonces una inversión inicial de 200.000 euros y ahora se esfuerza por producir 10.800 bolsas de carbón vegetal para barbacoa diarias y superar los 2,1 millones anuales, pero sin dejar de preocuparse por el medioambiente o mejorar el proceso.

La impronta de Mercadona se palpa en las instalaciones. De hecho, en contra de lo que podría parecer al tratarse de un material como el carbón, la fábrica de Oliva de la Frontera presenta un aspecto de limpieza inusitado.

Además, la fábrica de carbón vegetal cuenta con 20 proveedores distribuidos a lo largo de toda la comarca Sierra Suroeste, diez más que cuando se inició la actividad, que a su vez generan puestos de trabajo en la zona. El resultado es una cadena sostenible con garantía de trabajo y materia prima de calidad procedente de podas autorizadas. Todos salen ganando.

La empresa tiene una rigurosa política de Responsabilidad Social Corporativa integrada por completo en su modelo de negocio. Por ejemplo, su plantilla, además de empleo estable, disfruta de alicientes económicos y formativos, haciendo partícipes a los empleados de los objetivos de la misma. El compromiso con proveedores y clientes es otra de las piedras angulares de la firma, así como el cuidado del medio ambiente.

Felipe Adame es ahora un empresario satisfecho con su relación con Mercadona. Ser interproveedor le garantiza una relación de estabilidad y confianza con esta cadena, y por su parte, tiene que ocuparse de mantener el nivel de producción ofreciendo siempre bolsas de carbón vegetal con los estándares de calidad requeridos. La responsabilidad es muy alta, pero el resultado --riqueza y puestos de trabajo en la zona-- merecen la pena el esfuerzo.