La celebración del Corpus Christi coloreó ayer las plazas de ciudades y pueblos extremeños, y dio la oportunidad a los niños de volver a lucir sus atuendos de Primera Comunión.

Tal vez, las más brillantes fueron nueves calles de San Vicente de Alcántara que se cubrieron ayer de grandes alfombras multicolor confeccionadas por los vecinos a base de viruta y sal teñidas, así como de serrín de corcho, por las que pasaron los niños vestidos de Primera Comunión en un acto religioso singular y con categoría de fiesta de interés turístico regional.

Pero la vistosidad de San Vicente se irradió por otras ciudades como Cáceres, en la que decenas de niños acompañaron el desfile de la custodia por las calles del centro ornamentadas con un tapiz de ramas de romero y de pétalos de flores. La comitiva del Corpus Christi partió a las 11.00 horas de la concatedral de Santa María y paseó por la plaza Mayor, Pintores, calle Moret (donde se había instalado un altar) y la plaza de la Concepción, para emprender después del regreso a la plaza Mayor, donde se llevó a cabo el acto de bendición del sacramento.

En la procesión, presidida por el obispo de la diócesis Coria-Cáceres, Francisco Cerro, participaron también un grupo de misioneras eucarísticas de Nazarét y UNER, así como representantes de todas las cofradías y hermandades de la ciudad, que portaron los estandartes representativos de cada una de ellas. Mucho público siguió el avance del desfile en las calles y el acto central con la custodia en la plaza Mayor, informa Rocío Cantero.

En Monesterio, la procesión se adelantó media hora para evitar el calor. Este año, las temperaturas permitieron mayor lucimiento del recorrido procesional, que transitó las calles más céntricas del casco urbano. Para la ocasión las vecinas adornaron el itinerario con juncias y helechos, delimitando la vía central con sus macetas más floridas, según detalla Rafael Molina.

Por su parte, el presidente de la Junta, Guillermo Fernández Vara, asistió en Peñalsordo a La Octava del Corpus. Esta fiesta está declarada de Interés Turístico Nacional en 1973 y de Interés Regional en 1985. Tiene su origen en la conquista del castillo de Capilla a los moriscos por las tropas cristianas.