Las prácticas agrícolas destruyen casi tres veces más nidos de perdiz roja que depredadores como urracas, zorros y perros. Un estudio realizado por expertos del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) ha constatado la importante influencia negativa que tiene la mecanización agrícola en el ciclo reproductivo de esta especie.

Sus dos autores son Fabián Casas y Javier Viñuela, del Instituto de Investigación de Recursos Cinegéticos (centro mixto del CSIC, la Universidad de Castilla-La Mancha y la junta castellano-manchega). Para realizarlo, los investigadores observaron durante tres años el comportamiento y los movimientos de 115 perdices y localizaron sus nidos para comprobar si la incubación y la puesta concluían con éxito, y en caso contrario, determinar la causa del fracaso. El periodo de estudio ha ido desde finales de marzo hasta junio, abarcando el ciclo reproductivo completo de la perdiz, desde la puesta a la eclosión. Esto permitió comprobar, por un lado, que las faenas agrícolas estaban detrás del 56% de los nidos destruidos (36% del total); por otro, que las perdices son más abundantes en áreas con muchas lindes (aquellos espacios con vegetación entre dos zonas de cultivo). Sin embargo, la disponibilidad de este hábitat es limitada, un hecho que contribuye a que las perdices sitúen sus nidos principalmente en campos de cereales, donde se encuentran expuestos a las maquinas cosechadoras.

"El éxito reproductivo de esta especie requiere que el nido tenga una alta cobertura de vegetación, de en torno a un metro, y que esta sea densa. De ahí la necesidad de conservar las lindes", indica Fabián Casas. Por este motivo, los investigadores consideran que la reproducción de esta especie podría mejorar con una gestión agraria apropiada, principalmente aumentando y conservando las lindes, y mediante la adecuación de las fechas de cosecha. Estas medidas también tendrían efectos positivos en otras especies amenazadas que comparten el mismo hábitat y abrirían una vía de colaboración entre cazadores y conservacionistas.

Otras causas

En cualquier caso, estos expertos también resaltan la existencia de otras muchas causas que amenazan la población de esta especie, como son la sobrecaza, la depredación o las amenazas asociadas con las perdices de granja. Casas explica también que es complicado hacer una estimación de cuál es realmente la evolución de la población de perdiz en España, ya que al ser una especie con una fuerte tradición cinegética, "cada año se sueltan cuatro o cinco millones de ejemplares, lo que hace complicado distinguir la población natural de la artificial". Eso sí, añade que, a partir de las décadas de los 70 y 80, con la mecanización de la agricultura, "se aprecia una tendencia a la baja".