Año perdido" y "nefasto". Estas son las expresiones utilizadas por UPA-UCE y APAG, respectivamente, para referirse al año 2008 en lo que al campo extremeño se refiere. Ambas organizaciones agrarias ofrecieron ayer sus respectivos balances de un año agrícola en los que coincidieron en el diagnóstico y en los remedios de un sector al que el chequeo de la Política Agraria Común (PAC) de este año ha dejado con más incertidumbres que soluciones, y al que le auguran un futuro aún más preocupante en el caso de que no se adopten medidas como el aprovechamiento de los fondos europeos de desarrollo rural, o la aprobación de la ya reclamada ley de márgenes comerciales, que proteja a agricultores y a consumidores de los intermediarios de unos productos que multiplican varias veces su precio en el paso de la huerta hasta el supermercado.

El presidente de APAG, Bibiano Serrano, advierte que la agricultura y la ganadería atraviesan por una crisis sin precedentes después de un año 2008 "nefasto" marcado por una importante bajada de los precios que perciben agricultores y ganaderos, a lo que se suma un incremento de los costes de producción. Esta subida ha afectado a los fertilizantes, que han duplicado y hasta triplicado su precio en un año; los carburantes, con una subida del 36%; y los piensos, que son un 25% más caros ahora. Son datos ofrecidos por Ignacio Huertas, secretario general de UPA-UCE, quien comparte con APAG la necesidad de aprobar una ley de márgenes que dé estabilidad a un sector que sale muy debilitado de un año, el 2008, en el que se ha "perdido la oportunidad" de protegerlo y de convertirlo en uno de los sectores estratégicos para la Unión Europea. Esta tarea se mantendrá como uno de los retos de los próximos años para el sector.

En medio de toda esta situación, solo hay tres subsectores que por el momento son capaces de cerrar sus cuentas anuales con valoraciones positivas. Se trata del arroz, que ha mantenido su producción del año pasado, logrando incluso una mejoría en los precios de origen; las frutas y hortalizas, que finalmente han obtenido los buenos resultados esperados a principio de campaña, pese a las pérdidas ocasionadas por la huelga de transportes de principios de verano; y el tomate para transformación, con igual producción y precios de hace un año.

En el lado de los subsectores más perjudicados se encuentran los cereales, con una caída media de precios de un 40%, el cerdo ibérico, de hasta un 70%, la aceituna (almazara), que han caído hasta la mitad, y la uva, un 40%. Estas bajadas están provocando una pérdida de rentabilidad que está obligando a muchos ganaderos y agricultores a abandonar su actividad para no incrementar sus pérdidas. Y es que se calcula que la renta agraria se ha reducido una media del 4% en Extremadura en el último año, según Huertas.