La peligrosa situación que atraviesa el burro se ha visto agravada en los últimos tiempos con la crisis económica. Si este animal dejó hace tiempo de ser necesario para la producción agraria, el peso de la situación financiera global puede suponer la puntilla para una especie que ha sido fiel compañero del hombre a lo largo de su historia.

Su falta de aprovechamiento y el alto coste de mantenimiento ha motivado un aumento en la cifra de burros abandonados en los últimos años. Hasta un 30% han crecido, según indican desde El Refugio del Burrito, una de las organizaciones que trabajan en el cuidado y mantenimiento de los asnos en España, con sede en la localidad malagueña de Fuente la Piedra, y con una granja desde hace dos años en la localidad pacense de Bodonal de la Sierra, muy cerca de Fregenal de la Sierra.

En este espacio, en el que actualmente conviven 129 animales (tiene previsto tener capacidad para 350) los burros viven en compañía de sus semejantes un plácido retiro a la espera de ser acogidos --en el centro de Málaga se encuentran los que llegan más débiles y con problemas de salud--. Detras de cada uno de ellos hay una historia, la mayoría de ellos, como la de Peluso y Bona, con final feliz. Estos dos asnos fueron rescatados y trasladados a la Granja después de vagar durante un mes por las calles de la barriada de María Auxiliadora en Mérida. La denuncia de la Asociación Protectora de Animales de Mérida (Apame) evitó un trágico final para estos dos animales que fueron abandonados por trabajadores temporeros que se marcharon de la ciudad sin ellos.

Una de las razones por las que han aumentado los abandonos se encuentra en la obligación de sacar un pasaporte para identificar a cada animal, que tiene un precio de 90 euros. Pero no todos son dejados a su suerte por sus dueños. Desde El Refugio señalan que cada vez reciben más llamadas de dueños que confiesan que no pueden hacerse cargo de la alimentación y el cuidado de sus animales por la difícil situación que atraviesan, por lo que deciden ponerse en contacto con la asociación.

El Refugio del Burrito inició su andadura hace ya más de siete años, desde entonces han conseguido cerca de 9.500 apadrinamientos, una fórmula que permite, a través de aportaciones económicas, mantener abiertos lugares como este que solo en 2010 ha rescatado a 55 asnos.