La crisis de la vivienda también ha alcanzado a los extranjeros que quieren vivir en Extremadura. Esto se debe, según los representantes de empresas del sector, no solo a los problemas que actualmente atraviesa España, sino al desequilibrio económico que presenta la comunidad internacional.

En los últimos años, mientras los habitantes de muchos de los pueblos de nuestra región han cambiado sus lugares de origen por núcleos urbanos, se ha producido un movimiento paralelo hacia la periferia protagonizado por extranjeros, en su mayoría ingleses, holandeses y alemanes, que han buscado la tranquilidad de las zonas rurales extremeñas. Vivir en el campo, cuidando su propio huerto y sus animales, es el sueño que han cumplido unas 300 personas de diferentes partes de Europa en el último lustro.

NEGOCIOS Para facilitarles la compra de vivienda, algunos de los extranjeros asentados en Extremadura crearon negocios inmobiliarios que pueden visitarse a través de sitios web como extremaduraproperties.com, livinginextremadura.com o, la más antigua, la-sierra-properties.com. Los responsables de estas empresas se encargan de la localización y venta de propiedades en La Raya (zona fronteriza entre Extremadura y Portugal), Almoharín y la Sierra de Montánchez, respectivamente.

En cuanto a la procedencia de los clientes, Francisco Luis Picado, socio español de Coen Verharen y Liesbeth Cetur (extremaduraproperties), apunta que "en su mayoría ingleses, pero cada vez son más los holandeses y alemanes" los que vienen a vivir a Extremadura, ya que piensa que Inglaterra "está funcionando peor económicamente".

Para Manfred Meister (la-sierra-properties) el problema tampoco se da únicamente en España, y dice que su inmobiliaria, ubicada en Montánchez, está "completamente muertam, por el momento" debido, según él, a una crisis de la vivienda y económica tanto a nivel nacional como internacional. Por otra parte, la Junta de Extremadura, añade Meister, no facilita la actividad, puesto que es "demasiado lenta" a la hora de conceder licencias de obras, necesarias al ser "principalmente rústicas" las propiedades solicitadas por los extranjeros.

La lentitud y la cantidad de documentos requeridos son, según Meister, de tal magnitud que "no cabe en la cabeza de los compradores, sean españoles o extranjeros". Esto le ha llevado a ampliar su negocio, además, a la asistencia legal de sus clientes. Meister declara tener proyectos "que acumulan ya más de 16 meses de espera". De hecho, asegura haber tenido que esperar 19 meses hasta que le concedieran el permiso para construir una casa rural "en la Sierra de Montánchez, entre Alcuéscar y Trujillo". Este tiempo, sumado a los seis meses "que suele durar una obra", le ha paralizado "bastante el negocio".

Crisis aparte, muchos de los extranjeros que en principio tenían pensado vivir en España, han acabado optando por tierras portuguesas, como asegura Picado al preguntarle por la preferencia de sus clientes entre uno y otro lado de La Raya. "Portugal es más barato y eso se nota", añade, a pesar de que Extremadura sea "una de las comunidades más económicas del país".

Además, apunta Picado, muchos de estos extranjeros "no son gente de dinero, sino que vienen a trabajar, ya sea dando clases de inglés o de lo que encuentren en el pueblo".