El Cristo Negro llevaba 21 años sin que le afectara la lluvia, pero ayer se rompió la racha. Los miles de personas que como cada año esperaban ver el paso de la talla negra por el casco antiguo tendrán que esperar al año que viene. En lugar de la procesión se celebró un acto religioso en el interior de la concatedral.

Precisamente por el riesgo de lluvia, que ya había impedido salir a la Cofradía de los Ramos con la imagen de Nuestro Padre Jesús del Perdón el Martes Santo, esta cofradía había decidido acortar el recorrido para la jornada de ayer. Lo previsto era que, tras la salida, en lugar de ir por la calle San Pedro hacia la calle Parra, se iría hacia Pintores y Moret para después subir desde la plaza Mayor

Pero tampoco pudo ser. El Cristo de la Buena Muerte sí pudo hacer una pequeña parte del recorrido, pero cuando la Virgen de la Esperanza entraba en Pintores se decidía dar media vuelta porque empezaba a lloviznar con más intensidad. Los pasos habían estado en la calle menos de 45 minutos.

En el paso del Cristo, como siempre, el monte de claveles rojos que le daba una enorme vistosidad. También decoraban el paso anturium rojos, liatrix, alelíes y paniculatas. La Virgen iba decorada con anturium blancos y rosas, orquídeas blancas, claveles blancos y flores de cera.

Para mayor frustración de los hermanos de la cofradía y del numeroso público que se había congregado en torno a San Juan, dejó de llover cuando las imágenes ya estaban en el templo. Como es costumbre, se despidió a la Virgen cantando la Salve.

Poco antes de las 10 de la noche parecía que la lluvia daba una tregua y que el Cristo de la Preciosa Sangre iba a poder salir del Templo del Buen Pastor. Pero justo a la hora prevista empezaba de nuevo a caer agua. Tras unos minutos de espera, la cofradía del Humilladero optaba por no salir y rezar el Via Crucis en el templo.