Un problema de años con una solución previsiblemente eficaz de días. La superpoblación de especies cinegéticas que desde hace meses ha multiplicado los casos de tuberculosis en el área del Parque Nacional de Monfragüe y desde hace años está dejando en el parque terrenos sobprepastoreados y erosionados, abonado para la propagación de enfermedades, parece entrar en vías de solución.

Los expertos ya habían advertido con un estudio dado a conocer hace once años del excesivo número de ciervos y jabalíes en la zona, y de los efectos de un problema que no afecta en exclusiva al área de Monfragüe.

Ahora, tras la presión de ganaderos que han sacrificado a la totalidad o parte de su ganado, la Consejería de Agricultura ultima un informe sobre los lugares con mayor número de focos de esta enfermedad para poner freno a un problema que no solo daña al ganado, también al ecosistema. De ello se vienen quejando desde 1998 expertos de la universidad, como Daniel Patón, investigador y docente de Ecología.

Ese año Patón, con otros especialistas, presentó un informe en el que recomendaba bajar la carga especies. Un trabajo que empezó cuatro años antes. Desde que se dio voz al problema hasta el sacrificio de cientos de reses este año se han publicado varios trabajos que reflejan la misma necesidad. Y prueba de ello es que la Dirección de Medio Natural viene declarando zonas de emergencia cinegética con resoluciones en las que se nombra las áreas donde más prevalece la enfermedad, como la sierra de San Pedro, de Azuaga, entorno del Cíjara, sierra de Gredos o Villuercas, pero ni rastro de Monfragüe para la temporada 2009/10, donde aseguran desde Medio Ambiente que también existe tal declaración.

En estos once años "algunas autoridades han cuestionado el exceso de animales", se ha debatido la inserción del lobo como medida de control, "que sería nefasto para el ganado", dice Patón, y se ha restado importancia a un problema hoy reconocido. "El tiempo nos ha dado la razón".

Además de la propuesta de modificar la orden de veda para poder cazar más especies, anunciada hace días por el consejero de Medio Ambiente, los responsables actuarán sobre puntos de contagio (charcas y abrevaderos), vigilarán las extracciones de vísceras en el campo tras las monterías y cambiarán manejos en la alimentación ganadera y de la fauna silvestre. Estas se darán a conocer en una reunión extraordinaria del Consejo Regional de Caza en enero para atajar la tuberculosis.

Una enfermedad difícil de erradicar "porque es muy contagiosa a través del aire, sobre todo si las defensas del animal no son buenas" y porque no cabe posibilidad de vacuna, "ya que en ganadería no es compatible un sistema de erradicación que se basa en el diagnóstico sacrificio con la vacunación". Así lo explica el investigador y profesor de Veterinaria de la Uex, Javier Hermoso de Mendoza. Pero además del riesgo animal, la propagación de esta patología hace peligrar la reinserción de especies, como el lince, y en casos "remotos" a los humanos. "Los únicos casos que se producen de tuberculosis bovina en humanos afectan a grupos de riesgo, personas inmunodeprimidas, enfermos de sida, dogrodependientes,...", asegura.