La Asamblea de Extremadura celebró el último Pleno del año 2005 con una sesión cargada de anécdotas, buen rollito , frases afortunadas (y otras no tanto) y la alargada sombra de "Doña Loncha".

El primer debate, el de la ley de asistencia a las víctimas del terrorismo, se convertía en un homenaje a las propias víctimas a través de la representación de la AVT allí presente. La llegada de la Navidad y, sobre todo, de las vacaciones, llenaba el ambiente de buen rollito y sus señorías paseaban por el hemiciclo con la cesta navideña regalada por la Cámara. Para todos unos gemelos y una cartera de piel, para ellos una corbata y para ellas un monedero.

El presidente de la Junta, Juan Carlos Rodríguez Ibarra, consumía esas barritas de canela que le acompañan en su lucha contra el tabaco y los periodistas brindaban con cava --catalán-- y pedían salud al nuevo año mientras llovían las perlas .

El primero fue el socialista Francisco García Ramos, que afirmó que las tiradas de pichón sólo podrán hacerse a partir de ahora "bajo los augurios de la federación". Evidentemente, se refería al auspicio de la federación y no hablaba de poderes paranormales de los cazadores. Después acusó al PP de ser "como la gatita Flora, que cuando la pisan chilla y cuando no llora".

En las filas del PP Anselmo Díaz Cabello afirmó que el expresidente Aznar, "el del bigote, además de llevarse bien con Bush" redujo el paro, y Javier Casado se reconoció invadido por "el amor fraternal".

Pero sin duda la gran frase se la reservaba el vicepresidente de la Junta, Ignacio Sánchez Amor, quien en pleno debate sobre vivienda se refirió, ante el asombro generalizado, a "Doña Loncha"... el apelativo cariñoso con el que se conoce en Cáceres a la exconsejera Leonor Martínez-Pereda. La Navidad juega malas pasadas.