En enero del 2005 los agentes de Tráfico iniciaban una huelga de ´bolis caídos´ convocada a través de los teléfonos móviles y en marzo se endurecía la protesta al lograr el respaldo de la Asociación Unificada de la Guardia Civil. El número de sanciones superó el 40%.

En verano los guardias denunciaron las presiones para que aumentasen el número de multas.

En el segundo semestre del 2005 la situación se fue normalizando y se alcanzó incluso un principio de acuerdo en la productividad.

A principios del 2006 una propuesta preveía un plus de 200 euros para los agentes más productivos. Esto provocó el inicio de una ´huelga a la japonesa´, con un incremento de hasta el 200% de las sanciones en algunos destacamentos.

En el conjunto del 2005 la recaudación por multas cayó en torno a 1,5 millones.