Según los colegios de veterinarios, este dispositivo garantiza la propiedad legal del animal ante cualquier organismo o persona, al contener codificados los datos del dueño. Además, facilita la recuperación del perro si se pierde o lo roban, y permite registrar los tratamientos sanitarios obligatorios en una base de datos que puede ser consultada en caso de que el animal tenga que recibir atención veterinaria en cualquier punto de la Unión Europea. También permite localizar al propietario en caso de que el animal origine algún tipo de daño. Asimismo, al estar registrado, puede evitar usos indebidos del pedigree.