En su tono habitual, irónico y desenfadado, el juez granadino Emilio Calatayud expuso su visión sobre el problema de las drogas en el ámbito infantil y juvenil, y señaló: "Cuando la Justicia tiene que intervenir, mal vamos, y todavía con menores se puede hacer algo, pero luego es mucho más difícil". Calatayud reflejó el desconcierto de los padres al pasarse de un sistema de autoridad absoluta a uno "donde algún psicólogo te dice que hay que dialogar, no imponer, que hay que ser colega del hijo, y yo no puedo ser colega de mi hijo porque entonces, si ya no soy padre, le dejo huérfano".

El juez alertó sobre todas las adicciones, no sólo a las drogas, sino también al juego o a las nuevas tecnologías, y señaló: "Cada vez tengo más problemas para comprar tabaco, en los bares hay que pedir que le den al mandito, pero luego las tragaperras están ahí, sin mandito", y añadió "¿qué pinta un menor con internet en su cuarto, si lo quiere, en dependencias comunes".

Sobre la droga, advirtió de que está volviendo entre los menores el uso del pegamento y nuevas drogas "como las pilas gastadas, que también se utilizan". A su juicio, ante el inicio del consumo de drogas a edades muy tempranas, hacen falta profesionales que ayuden al profesor "y que trabajen con los chavales, sobre todo en prevención", y afeó "que se deje beber en la calle, porque el alcohol es peligroso, y si al padre le da igual, que invite a su hijo a cubatas y se responsabilice".