El objetivo es conseguir la igualdad, normalizar su situación dentro de la sociedad y ampliar la cobertura de la atención especializada en la sanidad pública. Y hoy, 10 de octubre y Día Mundial de la Salud Mental, las ocho asociaciones extremeñas de familiares y afectados por estas enfermedades que forman la federación regional (Feafes-Extremadura) insisten en reclamarlo.

Según las últimas estimaciones, aproximadamente una décima parte de la población española tiene algún tipo de trastorno (desde depresiones a esquizofrenias) o discapacidad mental. "Además, en los últimos tiempos cada vez se producen más patologías por el consumo de drogas entre los jóvenes", explica Clemente Martínez, presidente en funciones de la Asociación de Enfermos Mentales para la Integración Social (Aemis) de Badajoz.

Actualmente el Servicio Extremeño de Salud cuenta con seis centros de rehabilitación psicosocial, una residencia en Cáceres y una quincena de pisos supervisados, además de 15 equipos de salud mental. Martínez destaca que "en Extremadura estamos avanzando deprisa pero aún seguimos lejos de otras comunidades autónomas"; un punto de vista que comparte Antonio Lozano, coordinador de Feapes. Según señala, existe la necesidad de crear unidades de atención especializada en cada uno de los hospitales extremeños e incluso ampliar estos servicios a la Atención Primaria. "Las familias no tienen por qué responsabilizarse de la atención, eso corresponde a la sanidad pública".

Además, consideran necesario que la Junta asuma la gestión de los dos centros psiquiátricos de la comunidad autónoma (Plasencia y Mérida), hoy en manos de las diputaciones provinciales. "Así se podrán elaborar planes estratégicos, protocolos y recursos para mejorar la atención a los pacientes", reseña Lozano.

Otro de los caballos de batalla de estos colectivos es la integración social y laboral. Más del 80% de las personas con enfermedades mentales están desempleadas, las pensiones no llegan a 400 euros y "aún hay rechazo social, estigmas", lamentan.