El cambio climático que está provocando el calentamiento global de la Tierra también amenaza a los desiertos del mundo, según un informe del Programa de la ONU para el Medioambiente (UNEP) divulgado ayer en Londres. El documento, que se titula La perspectiva global de los desiertos y es el primer estudio de ese tipo del UNEP, analiza los cambios y riesgos que afrontan las zonas más áridas del planeta.

Andrew Warren, uno de los autores de la investigación y profesor de Geografía en la University College de Londres (UCL), se declaró "alarmado" porque los desiertos "están más amenazados que nunca".

"Nos arriesgamos a perder no sólo impresionantes paisajes y culturas antiguas, sino también algunas especies salvajes increíbles", advirtió el profesor. En primer lugar, el informe, de unas 150 páginas, pone en contexto el objeto de estudio y afirma que "casi una cuarta parte de la superficie terrestre de la Tierra --unos 33,7 millones de kilómetros cuadrados-- se ha definido como desierto".

500 MILLONES DE PERSONAS "Esos desiertos están habitados por unos 500 millones de personas, mucho más de lo que se pensaba previamente", señala el documento, que se publica con motivo de la celebración ayer del Día Mundial del Medioambiente.

Después, el texto, presentado en la sede de la UCL (centro de Londres) por Andrew Warren y Kaveh Zahedi, subdirector del Centro de Seguimiento de la Conservación del Mundo del UNEP, aborda las amenazas que ponen en peligro los desiertos y sus comunidades. Una de las amenazas más preocupantes es el cambio climático por la emisión de gases que provocan el "efecto invernadero", que ya afecta a los desiertos, donde se ha registrado desde 1976 al 2000 un aumento de la temperatura de "entre 0,5 y dos grados centígrados".

Ese incremento --subraya el texto-- ha sido "mucho mayor que el aumento medio mundial de 0,45 grados centígrados", lo que ha provocado una notable disminución de las lluvias en desiertos como el de Kalahari (Sudáfrica) y Atacama (Chile). Asimismo, la falta de agua ha implicado la disminución del caudal de ríos históricos como el Colorado (EEUU), el Eufrates (Irak) y el Nilo, que "ya se están secando", según el profesor Warren.

El UNEP alerta de que habrá "cambios profundos con importantes implicaciones en el suministro de agua para las gentes, los animales y las plantas del desierto", a menos que "se reduzcan drásticamente las emisiones de gases".