Por sus aulas han pasado cientos de alumnos extremeños, llevan décadas dedicados a la docencia en la región y cada uno tiene un método y una visión distinta y razonada en el debate abierto actualmente sobre los deberes escolares. ¿Son necesarios o perniciosos? ¿Hay que regularlos?

Sebastián Díaz está en ese grupo de profesores que no manda tareas obligatorias para casa. Actualmente es docente de Música en el IES Brocense de Cáceres, aunque también ha impartido Matemáticas, y hace años que prefiere tirar de la voluntariedad de sus estudiantes. «Creo que los deberes no son necesarios. Hay veces que sugiero a mis alumnos que hagan determinadas cosas pero de forma voluntaria y muchas veces lo hacen. Me pasa ahora con Música, pero también me pasaba con Matemáticas. Cuando un chaval hace algo porque quiere el resultado siempre es mucho mejor que si es obligado», explica.

No es su único argumento para defender su postura contraria a los deberes escolares. «La jornada diaria de seis horas es sufiente, el resto del tiempo los muchachos necesitan descansar, hacer actividades físicas y otro tipo de cosas que no se enseñan en los institutos. Lo único que hacen los deberes es quitar tiempo para hacer esas otras cosas que seguro que les ayudarían a ser mejores. Porque además tienen nueve asignaturas y ahí tocamos ya con las materias que se consideran intocables como Lengua o Matemáticas cuyos docentes creen que por ello tienen prioridad a la hora de mandar deberes a pesar de que sean las materias que más horas lectivas tienen», prosigue.

Esto, a su juicio, lo que consigue es saturar a los alumnos hasta el punto de que hay cosas que nunca llegan a aprender aunque las estudien en cada curso. «Es como el típico refrán de no quieres sopa, pues toma siete tazas. Qué pasa a los niños que cogen manías a algunas materias, pues que se les están metiendo hasta en la sopa, les tenemos con un hartazgo total y eso viene mucho por los deberes, estoy convencido».

Por su experiencia en el IES San Roque de Badajoz, no opina lo mismo Teresa Muñoz. Esta profesora de Latín y Griego durante más de 40 años, ya jubilada, considera que al menos en el instituto sí es necesario que los alumnos realicen tareas en casa para fijar los conocimientos y enfrentarse en soledad a los problemas. «Creo que los deberes son necesarios para asentar y entender lo que te enseñan por la mañana en clase». A su juicio, los deberes deben ser de calidad y no de simple repetición. «Tienen que hacer actividades que les obliguen a pensar y a investigar y no a repetir como un loro. Aunque hay cosas que tienen que aprenderse de menoria, los deberes deben servir para ayudar al alumno a aprender a aprender y a discernir entre el gran volumen de información que tienen a través de las nuevas tecnologías. Los deberes son necesarios sin agobiar y además enseñan al alumnos a dosificar y no dejar para el último día aprenderse como un loro 14 lecciones», apunta.

«Yo siempre he mandado deberes, aunque a veces no me los hacían, porque creo que hay cosas que el alumno tiene que digerir solo en su casa. De los 50 minutos de clase podría dedicarme 30 a explicar y 20 a que hagan tareas, pero resulta que no las hacen y se dedican a hablar entre ellos en clase. Los alumnos tienen derechos pero también obligaciones y aprender necesita un esfuerzo». En el caso de Primaria, esta docente, considera que es distinto. «Pasan la jornada lectiva con uno o dos docentes y pueden hacer más cosas en clase y luego irse a su casa a jugar, pero en el instituto no», dice.

Aún así, Teresa Muñoz considera que la polémica actual sobre los deberes, motivada tras una huelga de padres al inicio del curso, es «un poco artificial» y no generalizable. «Habrá centros en los que los profesores no están bien coordinados y saturan a los alumnos, pero no siempre es así y creo que en ocasiones apabullan más los padres apuntando a los niños a 80.000 actividades extraescolares».

Sin embargo, para el docente cacereño el debate es necesario para crear conciencia de que hay cosas que pueden cambiarse en el sistema educativo aunque estén implantadas desde toda la vida. «Yo tampoco pongo exámenes, creo que podemos cambiar las cosas». Aún así opina que el debate se quedará en nada: «hay una mayoría que se resiste a quitar o regular los deberes. s».

Mientras, la discusión continúa en la región no exenta de polémica. A partir del lunes los padres, alumnos y tutores de 4º de Primaria y 2º de ESO participarán en una encuesta sobre los deberes con el que la Administración determinará si es necesaria una regulación y desde el sindicato PIDE están haciendo una campaña para que los docentes boicoten este muestreo.