El proyecto para construir un Almacén Temporal Individualizado (ATI) en la Central Nuclear de Almaraz tiene una Declaración de Impacto Ambiental (DIA) favorable por parte del Ministerio de Agricultura. De esta forma, y una vez que el Consejo de Seguridad Nuclear ya dio su ok en septiembre pasado, a este proyecto únicamente le quedan el visto bueno del Ministerio de Energía y obtener la licencia de obra del Ayuntamiento de Almaraz, dos trámites que, en principio, no deberían suponer ya ningún obstáculo para la materialización de este proyecto.

En el Ministerio de Agricultura y Pesca, Alimentación y Medio Ambiente no confirmaron ayer que la evaluación ambiental del ATI haya sido positiva ya que, explicaron, no se informa de las declaraciones de impacto ambiental hasta que no se publican en el BOE. «Todas las partes tienen que conocerla al mismo tiempo», adujeron en el departamento que dirige Isabel García Tejerina. Tampoco lo hicieron en la central, donde afirmaron no tener de momento ningún «conocimiento oficial» de contar con la aprobación del ministerio, por lo que no entraron a valorar esta posibilidad. Sin embargo, fuentes conocedoras del procedimiento aseguraron a este diario, «al cien por cien», que la DIA es favorable y que en breve se hará pública. De ser así, el permiso llegará en el límite temporal que la central había marcado para poder finalizar el almacén con un margen razonable de tiempo y no arriesgarse a tener que parar su Unidad I. En este sentido, sus responsables cuentan con haber formalizado, como muy tarde, todos los trámites para el mes de diciembre, lo que permitiría comenzar las obras a inicios del 2017. La construcción del almacén está previsto que se prolongue durante trece meses y, de acuerdo a los cálculos de la central, la saturación de la piscina de combustible gastado de la Unidad I se producirá en el 2018, para cuyo primer semestre está programada ya la primera carga de contenedores. Para esa fecha, se afirma, tiene que estar necesariamente listo.

El proyecto ha contado con la oposición de la Junta de Extremadura, que presentó alegaciones. También el Gobierno de Portugal ha manifestado recelos hacia él.

EL PROYECTO / El ATI se ubicará en un espacio situado en el norte de la central, a una distancia aproximada de un kilómetro de su área de edificios principales. Se trata de una losa de almacenamiento —una estructura de hormigón armado— con unas dimensiones de 51 por 20 metros y uno de espesor. Sobre este espacio se colocarán 20 contenedores blindados de cinco metros de alto y 2,6 de diámetro. Estos depósitos son de doble propósito ya que son aptos tanto para el almacenamiento del combustible como para su posterior transporte —en teoría, al futuro Almacén Temporal Centralizado (ATC)—. En cada uno de ellos se podrán introducir 32 elementos irradiados. Además, también se construirán varios edificios auxiliares (de seguridad física, de protección radiológica y sala de control), un muro perimetral en torno a la losa de cinco metros de altura y vallados de protección. La inversión será de unos 25 millones de euros, que en su mayor parte se destinarán a la compra de los contenedores.

Actualmente, todos los elementos de combustible irradiado que se han ido extrayendo del núcleo de los dos reactores de Almaraz se almacenan en húmedo en las dos piscinas con las que cuenta la central (en el ATI, por contra, el almacenamiento es en seco). Actualmente, la de la Unidad I se encuentra al 88,4%. La de la Unidad II, que empezó a operar con posterioridad, estaba al 83,79% al finalizar el primer semestre de este año, si bien la ocupación, una vez que esta unidad acabe la parada de recarga de combustible en la que se encuentra, será algo mayor, ya que quedarán en ella sesenta elementos más. Su saturación llegará en el 2021.