Por la Puerta del Sol, por la de Toledo, por la calle Arenal, frente al Palacio de Oriente o junto a la Casa de la Villa --que alberga las dependencias municipales del ayuntamiento-- y las inmediaciones del Congreso de los Diputados. Medio millar de ovejas extremeñas, acompañadas de sus pastores, transitaron ayer a sus anchas por el centro histórico de Madrid entre taxis, turistas y curiosos sorprendidos por el cuadro bucólico que aparecía ante sus ojos en el corazón de la cosmopolita capital de España.

Un año más la ciudad volvió a convertirse en escenario de la Fiesta de la Trashumancia, que alcanza su décimo sexta edición y en la que los pastores reivindican el valor de las tradicionales cañadas reales, así como la importancia económica y social de la ganadería. Pero en esta ocasión los participantes, además, reclamaron el reconocimiento del papel que tienen los pastizales y las vías pecuarias en la lucha contra el cambio climático. "Los pastos contribuyen a mejorar la calidad del aire, dado que desempeñan un papel fundamental en el ciclo del carbono, al actuar como sumidero neto del carbono emitido por las actividades humanas, paliando así el efecto invernadero, por lo que es un elemento importante para luchar contra el cambio climático", explicó Suso Garzón, de la asociación Trashumancia y Naturaleza, organizadora del evento junto con el Concejo de la Mesta. Según los datos que maneja, "entre el 30 y el 40 por ciento" de las tierras de España son pastizales, por ello su importancia es "inmensa" para reducir el efecto invernadero. Cero emisiones de CO2 , se podía leer en las pegatinas que lucían algunos de los animales.

Todos coinciden en que el mundo rural "no ha pasado de moda" y que, en muchas ocasiones, gracias a ellos "se lleva a cabo el desarrollo sostenible". Para la presidenta de la Federación Nacional de las Mujeres Rurales, Angeles Valvas, "es culpa de las Administraciones" y, por ello, reivindicó la necesidad de que éstas "luchen por los pueblos rurales al igual que lo hacen por las ciudades", ya que, según subrayó, "los pueblos cada vez crecen más" y se lamentó de que cada vez se les dé "menos importancia".

El rebaño que ayer recorrió Madrid estaba formado por 500 ovejas merinas procedentes de Cabeza del Buey, todas inscritas en la Denominación de Origen Protegida Queso de la Serena. "Es la primera vez en la que ovejas inscritas en una denominación de origen recorren las calles de Madrid", destacó Garzón. Pero junto a ellas también estuvieron en esta ocasión 300 caballos, seis bueyes, seis vacas y varios perros mastines procedentes de León, Burgos y Cantabria.

Doce pastores guiaron el ganado por las calles de la capital y otros 300 les acompañaron para reivindicar un año más los derechos de paso, conservación y acondicionamiento de las cañadas para el tránsito no motorizado y el desarrollo sostenible.

Acto simbólico y homenaje

Los pastores salieron a las diez de la mañana de la Casa de Campo para dirigirse a la plaza de la Villa, donde hicieron entrega simbólica de los 50 maravedíes que establece la Concordia de 1418 para que les permitan atravesar la ciudad. Allí depositaron una corona de flores naturales de brezo de las montañas leonesas y guardaron un minuto de silencio en recuerdo del pastor de 78 años que falleció el año pasado en ese mismo lugar víctima de una parada cardiaca.

Unas 200.000 personas, según las estimaciones de la Policía Municipal recogidas por EFE, siguieron la singular comitiva. Pero el público de Madrid no sólo tuvo ocasión de contemplar el paso del rebaño de ovejas merinas, sino de probar los excelentes quesos que se elaboran con su leche. La Denominación de Origen de Queso de la Serena organizó un acto junto al lago de la Casa de Campo de Madrid que permitió a los asistentes conocer cómo se elaboran los Quesos y Tortas de la Serena de forma tradicional y ofreció una degustación gratuita de sus afamadas tortas a más de 1.500 personas. Uno de los aspectos que más llamó la atención de los talleres de quesería es que para la elaboración de una pieza de queso es necesaria la leche procedente del ordeño de 15 ovejas.

En esta ocasión no pudieron llegar hasta la plaza de Cibeles como en ediciones anteriores, ya que fue modificado el recorrido del rebaño "por razones logísticas" con un trayecto más corto.