Que un grupo organizado de delincuentes extranjeros opere en la región ya no es tan llamativo. Los golpes perpetrados por este tipo de bandas en la comunidad son cada vez más numerosos, al igual que las operaciones de las fuerzas de seguridad contra estas mafias. Y es que la delincuencia en Extremadura hace tiempo que es multilingüe.

Hasta 33 bandas organizadas de delincuentes procedentes del extranjero tienen a Extremadura entre sus objetivos. Las estimaciones que manejan el Ministerio del Interior y colectivos como la Asociación Independiente de la Guardia Civil (Asigc) indican que 17 de estos grupos suelen actuar en la provincia cacereña, mientras que el resto cometen normalmente sus delitos en Badajoz.

Pero ni residen ni tienen sus sedes en Extremadura, según indican fuentes policiales, que reconocen que estas bandas se desplazan desde otros lugares del país para dar sus golpes en la región. Son Madrid y algunas ciudades del sur de España --principalmente de la costa-- las zonas en las que estas mafias fijan sus bases de operaciones.

Las fuerzas de seguridad extremeñas no permanecen ajenas a esta situación. Desde hace unos años prestan una especial vigilancia a estas redes y los resultados no se han hecho esperar. Prueba de ello son las detenciones practicadas en Badajoz, con las que se ha desarticulado una red de clonaciones de tarjetas que actuaba en todo el territorio nacional. Una operación más que se suma a las detenciones de integrantes de bandas rumanas, moldavas, ucranianas, búlgaras, húngaras, checas, eslovacas, polacas y colombianas practicadas en los dos últimos años.

Pero, a pesar de ello, la policía indica que controlar a este tipo de mafias no es fácil, debido a la gran movilidad geográfica que tienen.