El pasado miércoles, 24 de agosto, Nagore Orcera Pérez,de treinta años y natural de Vitoria, aunque residía en Madrigalejo desde hacía 14 años, ingresó en el hospital San Pedro de Alcántara para dar a luz. Su embarazo había transcurrido con normalidad y ya habían pasado las 40 semanas de gestación. “Nos dijeron que el bebé tenía una vuelta del cordón y,sobre las nueve de la mañana, le practicaron una cesárea, que terminó 20 minutos después”, afirma Victoria Chamizo, tía de la paciente. Tras una serie de complicaciones Nagore murió y ahora su familia denuncia supuestas negligencias del personal médico.

Nagore volvió a su habitación a las nueve y media de la mañana y, cuando empezó a darle el pecho a su bebé, también comenzó a sangrar por la zona operada. “Llamamos a la enfermera y dijo que era normal, que acababa de tener un niño. Le cambiaron la ropa de la cama, pero a los quince minutos volvía a encontrarse empapada de sangre”, describe su tía. Ante la nueva herida, volvieron a avisar al personal médico, que esta vez la justificó “por un punto mal dado o sin dar”, por lo que éstos comunicaron a los familiares que la llevarían a quirófano.

“La subieron a las 10 pero hasta las doce no pudo entrar en la sala de operaciones. Los médicos se encontraban en otra intervención. Estuvo dos horas sin que nadie la atendiera y perdiendo mucha sangre”, prosigue Victoria. Cuando por fin le llegó el turno, denuncia también su tía, “se dieron cuenta de que era algo más serio y la operaron. Deshicieron la cesárea y le quitaron el útero. Todo sin pedirnos consentimiento”. A los pocos minutos, Nagore entró en parada cardiorespiratoria. “A las tres de la tarde,cuando la vimos salir del quirófano corriendo a la UCI con un respirador puesto, fue cuando nos informaron de todo lo que había pasado”.

“Nos explicaron que se habían producido complicaciones y que lo único que se podía hacer era ponerle bolsas de sangre. Que había perdido mucha”, continúa. Declara, además, que los médicos afirmaron que necesitaba un coagulante, medicamento que no había en el San Pedro de Alcántara. “Dijeron que lo iban a pedir al de Mérida...¡Para el día siguiente!”,lamenta. A las 21.00 horas,un profesional sanitario habló con los familiares para manifestarles que le habían transfundido 20 bolsas de sangre y que parecía que la paciente se encontraba mejor. “Pero 20 minutos después nos vuelven a decir que el cuerpo de Nagore no estaba respondiendo bien. A las diez y media nos confirman que se había muerto”.

Ya de madrugada, los familiares de la fallecida fueron a poner una denuncia, pero en el Juzgado de Guardia les respondieron que “el juez no se encontraba en ese momento” y que tenían que esperar al día siguiente. El hermano de Nagore pidió la autopsia del cuerpo, pero sus padres, que residen en Vitoria, preferían no tener que esperar tres días (“nos dijeron que ese era el tiempo que iban a tardar en realizarla”) y decidieron enterrar a su hija,que,además,tenía otro hijo de cuatro años. La familia afirma ahora que quiere denunciar los hechos,aunque también indican que desde el hospital cacereño “no nos han dado ni un informe de lo sucedido”.

Este periódico se ha puesto en contacto con el Servicio Extremeño de Salud (SES) para conocer su versión, y éste ha manifestado que contestará en los próximos días.