"Los jóvenes necesitan estar al margen de lo establecido. Ahí surge el ´botellón´, que en el fondo es un sentimiento de rebeldía frente al estar con papá y mamá o en la facultad sin tener el futuro claro. Pero colisionan ese derecho y el derecho al descanso. Ambos son respetables. Cuando hay confrontación de derechos, la autoridad debe ser hábil para conjugarlos. En los últimos tiempos no lo han sido".