La sequía y las fuertes heladas del año pasado no están pasando factura únicamente a los agricultores, sino también a los consumidores, que en el caso del aceite de oliva están pagando en torno hasta un 70% más que hace un año por litro en el supermercado como consecuencia del descenso de la producción. Según informa José García Grajera, responsable de la sectorial de aceite de oliva de la Unión Extremeña de Cooperativas Agrarias (Unexca), el precio del litro de aceite de oliva extra estaba disponible para el consumidor extremeño la semana pasada a 4,4 euros (732 pesetas), muy lejos de los 2,6 euros (432 pesetas) de hace doce meses. Es decir, que se están pagando 300 pesetas más por un litro.

La explicación del encarecimiento tan vertiginoso en este producto de primera necesidad tiene que ver con el descenso a la mitad de la producción nacional de aceite de oliva, que ha pasado de 1,4 millones de toneladas a unas 700.000 en la campaña 2005/2006. Al tratarse de un elemento de primer orden en la cesta de la compra y soportar una fuerte demanda, el precio se ha puesto por las nubes. "Es muy difícil que baje el precio este año", explica Antonio Prieto, de la Unión de Pequeños Agricultores (UPA-UCE). "Hoy es un producto como el jamón ibérico --continúa Grajera--, tiene mucha demanda y eso es lo que ha subido el precio". Rechaza que hayan sido las cooperativas --que controlan el 80% de la producción de aceite-- las que hayan subido artificialmente el precio.

La producción en la presente campaña se ha resentido también en Extremadura, aunque mucho menos que en Andalucía, que genera el 80% de la cosecha y es el mercado de referencia en precios para toda España.

En las dos últimas campañas la producción en Extremadura ha rondado las 45.000 toneladas, mientras que en la presente no se superarán las 35.000, según explican desde Unexca. La región, con 32 millones de olivos repartidos en 226.000 hectáreas, aporta apenas el 5% la cosecha nacional de aceite de oliva. No toda la producción del olivar se destina a aceite sino que mucha aceituna se aprovecha para consumo directo en verdeo.

A PRECIO DE LUJO Hay muchas economías domésticas que no se pueden permitir el lujo de pagar 732 pesetas por un litro de aceite de oliva, por lo que existe el riesgo de que parte de la demanda se desvíe a productos sustitutivos, como el aceite de girasol. "Con estos precios el consumo se para y no gana nadie. Además, se abre mercado a otros productos que no tienen nada que ver con el aceite de oliva", comenta Antonio Prieto. Las cooperativas de la región no han notado por el momento un descenso del consumo de aceite de oliva por este motivo.

Antonio Prieto asegura que el incremento de precios no ha llenado los bolsillos de los agricultores. "Lo único que han hecho es cambiar los números". La menor producción se ha visto compensada por el encarecimiento del producto en el mercado.

"Lo que ha salvado la cosecha en Extremadura ha sido el regadío. Si no hubiese regadío en algunas zonas, estaríamos hablando de una cosecha del 20%. No es bueno que suban tanto los precios. No es la solución para el olivar. Si perdemos mercado, perdemos clientes y perdemos todo", explica Antonio Prieto, que asegura que España se verá obligada a lo largo el año a importar aceite de oliva de otros países para cubrir la demanda interna.