El pasacalles carnavalero de la noche del lunes en Navalmoral de la Mata prometía ser espectacular, pero fue aún mejor. A diferencia de los desfiles del domingo y martes de Carnaval, donde los integrantes de las carrozas y comparsas conjugan uniformidad, ritmo y vestimenta, en el pasacalles todo está permitido.

Los animales tuvieron su parte de protagonismo; unos de imitación, pero otros reales como la vida misma: gallinas, asnos y perros acompañaron a sus dueños para ser testigos de la noche más mágica del Carnaval. El récord lo pusieron los 300 alumnos del Colegio Público Campo Arañuelo que disfrutan de un Programa Sócrates y salieron a la calle disfrazados de los trajes más típicos y tópicos de cada una de las cinco naciones que representaron.

La música recordó viejas épocas: se desempolvaron temas nostálgicos como Ríos de Babilonia de Boney M, el Thriller de Michael Jackson y la banda sonora original de Heidi. Y tras el popular tema del cantante estadounidense, una original esceneografía que incluía zombis con la soga al cuello y la cabeza rajada por un cuchillo.

Desfilaron payasos, chicas ye-ye e imitadores de Elvis Presley. Hubo caníbales, vacas lecheras y ovejitas mezcladas con figurantes de Isabel Pantoja y Julián Muñoz. Los jóvenes improvisaron discotecas ambulantes en carruajes móviles provistas del más puro sonido, iluminación y efectos especiales como el humo. Si la comparsa era grande y el equipo de sonido estaba lejos, no había problema, porque siempre quedaba el recurso de moverse al ritmo que marcaba la siguiente; por eso pudo verse a gnomos y animadoras bailando el Opá de El Koala.

El pasacalles del lunes se ha convertido en la fiesta de la improvisación donde todo el mundo tiene cabida, incluso si no se quiere ir disfrazado.