Medio centenar de personas participaron ayer en el original desfile de zarrios que recorrió algunas de las calles de Moraleja. Hubo colorido y estridencias para todos los gustos: lunares con flores, rayas con cuadros, trasnochados vestidos de boda, además de mucho pecho, maquillaje y pelucas postizas.

Nada es lo que parece y todo vale en un cita con el Carnaval como la de ayer. Pijamas, albornoces y batas de guatiné , fueron algunos de los elementos estrella que eligieron los participantes en el desfile, que a pesar de las bajas temperaturas y la amenaza de lluvia, lució con su humor habitual.

No hubo premios ni placas, pero la organización sí sorteó un jamón y una ristra de morcillas patateras entre los participantes en el desfile.