Darío Regattieri viajó en vacaciones desde Suiza, su país natal, a España hace 15 años con unos amigos. Al llegar a Jerez de la Frontera hicieron parada en un café. En una mesa próxima había una mujer y con ella habló Regattieri.

El tenía su vida arreglada, lista para empezar profesionalmente en su país. Pero esa mujer, dos días antes del regreso a Suiza, se le cruzó en el camino. "Me cambió la vida", afirma. Hoy ambos viven en España y tienen dos hijos.

Parte de esta experiencia biográfica (la manera en que se introduce el azar en nuestras vidas) se respira en Cruce de vías , el musical que Regattieri dirige y que durante tres días llevará a los espectadores en Badajoz música, baile e interpretación.

Con la música pop y rock más conocida de los últimos treinta años, ha levantado un musical con la espectacularidad requerida para responder a las propuestas similares que circulan por España y con un sello propio, español, si puede decirse así, de manera que no recuerde ni a los espectáculos de Broadway de Nueva York ni a los del West End de Londres.

LOS ESCENARIOS Cruce de vías se estrenó en Granada el pasado 22 de febrero. Badajoz es el primer destino de las quince ciudades que acogerán este musical hasta el próximo mes de junio. A mediados del mes de mayo hará otra parada en Extremadura, en el palacio de congresos de Mérida.

"Queríamos demostrar que en España hay buenos profesionales, capacitados para hacer un musical sin necesidad de exportar uno conocido de Estados Unidos o un modelo similar", afirma Darío Regattieri. ¿Lo habrán conseguido? Su propuesta, "diferente, novedosa", parte de su punto de vista: la idea de que el azar rige la vida, de que en un momento las previsiones que uno se hace toman un rumbo diferente: la propia experiencia de su director habla de ello, como queda dicho. Durante la preparación de la obra, el propio director, en conversación con los guionistas, ya dejaba caer esta orientación y una conclusión: "Hay que vivir el momento más que pensar en ello".

OTRA MUJER En escena no está él sino un joven (cualquier joven de los que seguramente constituirán la mayor parte del público de esta función) que decide cambiar su vida y conoce a una chica a través de un chat. Llegará a verla, pero su historia acabará truncada porque se cruzará en ese camino otra mujer.

Un elenco de 20 artistas cantará y bailará canciones que reflejan los momentos emocionales de la trama de Cruce de vías . Ymca , el famoso himno del grupo norteamiercano Village People; Unchain my heart , que hizo popular la voz desgarrada de Joe Cocker; More than words , de Extreme o Wonderful world , del jazzman Louis Amstrong, son algunos de los temas cantados en directo que dibujan también la historia. Esta última, por ejemplo, forma parte también de la educación musical del propio director. Las canciones refuerzan los sentimientos y tienden a recordar momentos de la vida de los espectadores, explica.

Veintisiete canciones se suceden a lo largo de la función. Han sido difíciles de conseguir, ya que había que pagar derechos de autor por ellas y se cantan en su versión original.

DURAS PRUEBAS Cruce de vías contrapone la experiencia de artistas ya duchos en el musical, porque han participado en otros montajes, con la de otros escogidos en duras pruebas.

"El musical requiere de gente que sepa cantar, bailar y actuar". Así que se compaginan caras "de gentes nuevas, con un talento enorme", con otras de incipiente trayectoria como la de Julián Fontalvo, el protagonista, que procede de Colombia y que en España interpretó uno de los papeles de otro musical We will rock you , sobre el grupo Queen, o la de Flavia Escarpa, con experiencia en Top Broadway o Magic Disney .

Regattieri, que ha encontrado en España "un país fantástico" y se considera afortunado, ha trabajado como director de galas y funciones televisivas para presentadores tan populares como Andreu Buenafuente o Boris Izaguire, una "experiencia que hemos usado en el montaje de Cruce de vías ".

EXCESIVAMENTE DEPENDIENTE Para él, esta es una experiencia única, a la que se sumó precisamente por salirse de las vías que dominan el musical español, excesivamente dependiente de lo foráneo. Es lo que han intentado montajes como Hoy no me puedo levantar o Quisiera ser .

"La gente tiene interés en ver musicales", afirma. "Y aquí había una falta de ellos". Cuando los productores se han dado cuenta de que los musicales españoles "están bien hechos y tiene calidad, la gente lo aprecia y acude a verlos". Este es uno de los motivos por los que se embarcó en este proyecto. Pero reconoce la dificultad de lograr éxito y, sobre todo, de arriesgarse a conseguirlo.

Ello explicaría por qué ha tardado tanto en arraigar el género en España. "No es fácil rentabilizar espectáculos de este tipo, que requieren de grandes equipos y cuyos costes son elevados. Además es difícil conseguir ayudas públicas".

PROFESORES DE CANTO El riesgo del montaje lo han asumido por ejemplo, en la contratación de profesores de canto y directores de coreografía, que refuercen la preparación de los artistas en los ensayos.

Llega la hora de salir a escena: las nueve de la noche. Música en directo, veinte jóvenes, efectos especiales de luz y sonido, un pantalla de 36 metros cuadrados, un decorado móvil que puede adoptar diversas formas, según el lugar en el que transcurra la acción. Y un montaje que, para desmentir la trama de Cruce de vías , no deja nada al azar.