La Policía Nacional detuvo ayer en Mérida a un hombre de 34 años por su presunta integración en el aparato tecnológico de I+D+I del Daesh, para el que buscaba drones y otros materiales, así como por sus actividades de financiación en favor de la organización terrorista. El detenido, de nacionalidad bangladesí, es considerado «una pieza clave» dentro del Batallón de Desarrollo Tecnológico del Daesh, calificado como uno de los «brazos más secretos y sofisticados» del grupo. Según informó el Ministerio de Interior en un comunicado, el detenido constituía «el último reducto de una célula oculta tras un entramado legal de empresas que llevaba desde 2014 realizando transferencias económicas sospechosas de sufragar acciones terroristas, así como de apoyar el envío de material tecnológico de doble uso».

La operación antiterrorista, que se ha desarrollado bajo la supervisión del Juzgado Central de Instrucción número 3, y la coordinación de la Fiscalía de la Audiencia Nacional, comenzó en torno a las diez de la mañana cuando los efectivos policiales irrumpieron por la fuerza en la vivienda del detenido, ubicada en el 2ºC del número 1 de la calle Serranía de los Caballeros de la capital extremeña, muy próxima al cementerio municipal. A partir de ahí comenzó un exhaustivo registro en el inmueble que se prolongó hasta pasadas las siete y media de la tarde, cuando los agentes salieron del portal de la vivienda con el arrestado para trasladarlo en coche a Madrid.

Las inmediaciones de la vivienda permanecieron bajo vigilancia policial durante todo el operativo, en el que participaron en torno a una decena de vehículos policiales (incluido un furgón de la brigada canina) y más de una veintena de agentes, algunos de ellos con el rostro cubierto para proteger su identidad. La policía controló en todo momento los accesos aunque los vecinos de los pisos restantes del bloque pudieron entrar y salir de sus viviendas sin restricciones, pero siempre bajo la supervisión policial.

Tras casi diez horas de registro, los agentes dieron por finalizado el dispositivo sacando de la vivienda al presunto yihadista, ya detenido. Del interior del inmueble también salieron unos 15 agentes portando casi una veintena de cajas y maletines con material sensible para la investigación.

EL LÍDER DE UNA CÉLULA // Oculto tras un complejo entramado de empresas especializadas en soporte informático, el detenido en Mérida lideraba una célula dirigida a financiar acciones terroristas y al envío de material tecnológico a Siria con fines armamentísticos. En concreto, el arrestado aprovechaba su preparación científica-técnica para localizar y movilizar tecnología sensible de doble uso para el desarrollo de drones como armas de combate.

Interior relata que el detenido se instaló en España a finales de 2015 buscando ocultarse tras la desarticulación por otros cuerpos policiales de las filiales de sus empresas en Reino Unido y Bangladesh, empleadas todas ellas como tapadera para dar opacidad al origen y destino real de los fondos. «Todos los detenidos constituían el último eslabón de una célula que durante años sirvió a esta poderosa rama de Daesh desde estos países», apunta el Ministerio. Su objetivo desde el principio era «impulsar la reconstrucción del mismo entramado empresarial en España bajo otro nombre para no ser detectado», en concreto, una nueva compañía que se valía de la misma red comercial de proveedores, contactos y clientes de las sociedades desmanteladas.

El detenido estaba retomando las actividades delictivas que llevaron a detener a su padre y su hermano menor, así como a sus socios. Su radicalización se inicia en 2014 junto a la de varios miembros de su familia, iniciando una militarización en Daesh que culmina con la marcha del hermano mayor y principal miembro de la célula a Siria. La operación ha sido desarrollada por la Policía Nacional con la colaboración del Centro Nacional de Inteligencia (CNI), así como los Servicios de Seguridad de Bangladesh.