El pasado domingo fue devuelto al prior del Real Monasterio de Yuste, fray Francisco de Andrés, bajo secreto de confesión, el busto del Emperador Carlos V que fue robado en la noche del 23 al 24 de enero del año 2000 del pedestal que ocupaba desde hacía varias décadas a la entrada del palacete donde murió el emperador de los Austrias, según confirmó en la tarde de ayer a EL PERIODICO el propio prior.

La noticia había sido dada a conocer unas horas antes por responsables de Patrimonio Nacional, a través de un comunicado. Sin embargo, la historia de la devolución comenzó hace algún tiempo, cuando el autor material del hurto anunció al prior de los jerónimos de Yuste, bajo secreto de confesión, que iba a devolver el busto. "Pero el tiempo pasaba y no hacía la entrega, por lo que empezó a preocuparme, hasta que el pasado domingo lo devolvió".

El lunes se celebró una reunión del Patronato y se acordó la forma en que se daría a conocer "la buena nueva, ya que sin duda se trata de una noticia agradable, porque ¿quién no tiene un recuerdo a los pies de esa estatua?", se preguntó el prior.

EL PRIOR, IMPRESIONADO De Andrés desveló además a este diario: "La confesión de la devolución me impresionó, máxime teniendo en cuenta que dábamos el busto por perdido".

En cuanto al estado de conservación, dijo que "es bueno, por lo que no es necesario restaurarlo". Solamente presentaba cierta suciedad, que el propio prior ha limpiado en su taller y pequeños desperfectos en la pátina, "por no estar bien cuidado".

En cuanto a la futura ubicación, dijo "que está a expensas de lo que diga Patrimonio".

Se trata de una copia realizada por el escultor Pérez Comendador, cuyo original, de Pompeyo Leoni, se conserva en el Palacio de Mirabel, de Plasencia.

Tras producirse el robo, el busto ahora recuperado fue sustituido por una obra del escultor cacereño José Antonio Silos.