El juicio que se sigue en el Juzgado de lo Penal número 2 de Badajoz contra diez acusados de los delitos de inducción a la prostitución y contra los derechos de los trabajadores, comenzó ayer después de cuatro suspensiones desde el pasado mes de mayo. El juicio no pudo terminar por la ausencia de 8 testigos, algunos considerados necesarios, por lo que continuará el 14 de diciembre. Ayer, todos los acusados se proclamaron inocentes, mientras que los testimonios de dos mujeres, testigos protegidas, pusieron de manifiesto que han sido amenazas para no comparecer, y que habían sido obligadas a prostituirse, además de sufrir coacciones, violencia, falta de libertad y haberles retenido el pasaporte.

Los acusados, propietarios y encargados de tres clubes de alterne --Arango II , de Villagarcía de la Torre; Tú y yo , de Malpartida de Plasencia; y La Viña , de la provincia de Toledo-- son C. S., J. I. M., J. J. A., F. S. y R. S, titulares, para los que el fiscal pide en sus conclusiones provisionales siete años de prisión; y los encargados D. D., J. C. C., J. F. V. A., M. A M., A. P. A. y J. O. B., para ellos, cinco años. La acusación particular pedía nueve para cada uno y las defensas, la absolución de todos. No obstante, es muy probable que se modifiquen esas conclusiones para retirar acusaciones, rebajar unas penas y subir otras.

Los hechos que se juzgan ocurrieron en abril del 2003, cuando la Guardia Civil desmanteló una presunta red de prostitución con conexiones en Rumanía y Brasil, con 14 detenidos, 10 de ellos están en el banquillo.

Ayer se puso de manifiesto que la Guardia Civil actuó a raíz de la denuncia y testimonios de dos mujeres rumanas que fueron obligadas, presuntamente, a prostituirse. En sus intervenciones acusaron a dos rumanos de introducirlas en España y de explotarlas, de obligarlas a prostituirse, quitarles el pasaporte y en ocasiones golpearlas, durante el tiempo que permanecieron trabajando en los clubes, sobre todo Las Viñas y Tú y Yo.

Las mujeres, identificadas como Flor y Orquídea, contaron que les prometieron trabajar en España de cocinera y de empleada de hogar, pero fueron "vendidas" y obligadas a prostituirse.

El juez llamó la atención de una letrada por el tono agresivo que empleó contra una de las mujeres que declaraban detrás de un biombo.