La climatología extrema y otros fenómenos inquietan a la población mundial y cumbres como la de Kioto intentan poner freno a esta carrera hacia el desastre medioambiental del planeta. Cambios de temperaturas, prevención de rayos o predicción de fenómenos son algunos de los temas que se han abordado en el curso Sucesos climáticos y meteorológicos extremos de la Universidad de Extremadura, que se ha celebrado en Jarandilla de la Vera y que finalizó ayer.

CAMBIOS DE TEMPERATURAS El profesor de la Universidad de Vigo Luis Gimeno Presa advirtió del aumento de precipitaciones extremas, períodos de calor y futuras tormentas extremas, si no se cumple el Protocolo de Kioto y alertó de que "el cambio climático llevará a situaciones difícilmente abarcables por la sociedad". Gimeno Presa, que participó en el curso, recalcó que, como establece el Protocolo de Kioto, "la reducción de los gases invernadero debe ser un asunto mundial importante".

"El problema no es lo que haya ocurrido hasta ahora, sino lo que va a ocurrir, y si vamos a poder asumirlo, porque si continuamos emitiendo gases invernadero, será difícilmente asumible por la sociedad", recalcó el profesor.

PREVISION DE CATASTROFES Raúl López, miembro de la Administración Nacional de Atmósferas y Océanos de Estados Unidos, alertó de la "barbaridad" que supone jugar un partido de fútbol con tormenta y el peligro que ello conlleva. Además, subrayó la necesidad de informar a la población sobre los rayos mediante un plan urgente de prevención.

Según el ponente del curso, hay una "ignorancia total" entre la población y explicó que en Estados Unidos mueren al año más personas por los rayos que por un huracán o un tornado, por lo que ya se trabaja en este país para elaborar un plan de prevención para que la población esté informada y preparada.

Por otro lado, Francisco Javier Sánchez, jefe de la Unidad de Protección Civil de la Subdelegación del Gobierno en Cáceres, señaló en dicho curso que algunos criterios de su departamento no son tenidos en cuenta, al no ser obligatorios, y podrían evitar determinadas catástrofes.

Su ponencia se centró en la necesidad de coordinación, planificación, ordenación, dirección y rehabilitación de Protección Civil, un organismo que se pone en marcha ante accidentes extraordinarios y donde la población corre algún riesgo. Sánchez reconoció que "aún queda mucho por hacer" y recordó las inundaciones ocurridas en noviembre de 1997 en Badajoz.

"Parte de lo ocurrido se debe a obras mal hechas, carreteras y pavimentos de calles municipales que terminan siendo presas". Raúl López también se refirió a las situaciones extremas donde todas las administraciones tienen que actuar conjuntas y coordinadas.

Rechazó que "algunos ayuntamientos tiendan a crear cuerpos paralelos" y reclamó coordinación frente a la duplicidad de cuerpos y funciones.

DOCUMENTO HISTORICO La Universidad de Extremadura ha comenzado a estudiar a través de antiguos documentos el clima a lo largo de la historia para poder establecer una serie sobre la evolución de éste.

En el curso que se celebró, José Manuel Vaquero Martínez explicó que los estudios están en los primeros pasos y destacó la noticia de un temporal ocurrido en Zafra en 1624. El trabajo que se está empezando a hacer en Extremadura está, según Vaquero, muy desarrollado en regiones costeras, a partir de cuyos estudios se ha podido comprobar que también existieron períodos climatológicamente muy dispares, aunque reconoció que en "la actualidad se dan anomalías térmicas más importantes por el aumento de temperaturas".

PREDICCION DE FENOMENOS El director y ponente del curso, Emiliano Hernández Martín, subrayó la importancia de la predicción de fenómenos climáticos extremos y puso como ejemplo la ola de calor de la pasada semana, "cuyos riesgos se redujeron gracias a que la gran mayoría tomó medidas contra ella". El catedrático indicó que el objetivo de este curso de verano era dar a conocer los fenómenos climáticos extremos, que tienen como principal característica la baja probabilidad de que se produzcan. Si se producen pueden acarrear consecuencias terribles para la población.