La Diócesis de Mérida-Badajoz cuenta con 200 religiosas de vida contemplativa que pertenecen a cuatro órdenes femeninas (Agustinas Recoletas, Carmelitas Descalzas, Clarisas y Concepcionistas). Por contra, no existe ninguna comunidad de vida contemplativa masculina.

Según recoge la agencia Europa Press, estas religiosas dedican su tiempo a la oración y al trabajo para lograr sus sustento. Según el visitador de Monasterios de Clausura, Manuel Santos, algunas comunidades viven de la elaboración de dulces, como algunas comunidades clarisas; otras, las Carmelitas Descalzas de Talavera la Real, elaboran las formas que se consagran en la eucaristía; otras cosen como la comunidad Carmelita de Fuente de Cantos; y el caso de las clarisas de Santa Ana de Badajoz poseen lavandería.

Este domingo, día 19, se celebra la Jornada Pro-Orantibus, dedicada a los religiosos de vida contemplativa, con el objetivo de sensibilizar sobre el valor de este tipo de vida, cuyos miembros se consagran enteramente a Dios por la oración, el trabajo y el silencio, según informa Iglesia en Camino y recoge Europa Press.

Manuel Santos destaca que uno de los problemas de la vida contemplativa es la "falta de vocaciones".

En los últimos 10 años, han profesado seis religiosas de la diócesis, si bien llegan religiosas de otros países, fundamentalmente de México, Colombia, Nigeria y Perú.