Desencanto político. Visto lo visto los últimos días, no sé si así defino mis sensaciones. Y como yo hay miles de extremeños. Primero, la crisis en la Asamblea. Y ayer, las declaraciones de Tamayo. Le conozco poco, pero creía que era de esa vieja estirpe de políticos a los que siempre acudimos para poner como ejemplo a la nueva clase dirigente. Sus afirmaciones tiran por tierra esos principios.

El argumento de proponer para desprestigiar a Ibarra toca fondo en lo permisible y el PP, a pesar de sus diferencias con el presidente extremeño, debe estar muy por encima de eso. Echo en falta una versión del PP, sobre todo porque la propuesta realizada nace de la Asamblea, la institución que representa a todos los extremeños. Y es repudiable hacer de la política el arte de disfrazar de interés general lo que es interés particular.

* Periodista