De noche y en un bar se encuentra el ambiente propicio para la seducción, para la conquista. Allí aparece don Juan. Sorpresa. No hay en él la apostura del galán. Es medio calvo, cojea. Pero no son taras que arredren al hombre. Se mueve con desfachatez. Así compone el actor extremeño Antonio Gil el personaje protagonista de El burlador de Sevilla , uno de los tres montajes que ofrece este fin de semana el Festival de Teatro Clásico de Cáceres.

La huelga del transporte ha obligado a la compañía a dejar la escenografía en Madrid. "Pero ya representamos al aire libre, en el parque del Retiro de Madrid, en un ensayo previo y el público que pasaba por allí se quedó a verlo", comenta Gil, que ha desarrollado gran parte de su carrera en Inglaterra.

Ahora vuelve a España y tras concluir la gira de El burlador de Sevilla se unirá al equipo de Plutón B.R.B Nero , una serie de ciencia ficción que dirigirá Alex de la Iglesia.

¿Cómo es su don Juan? ¿No anda de capa caída ante las mujeres de hoy, que asumen las relaciones en un nivel de igualdad? "Bueno, sigue habiendo donjuanes; pero también hay doñajuanas . Es cierto que él consigue favores sexuales mediante engaños, mintiendo, con trampas, con su capacidad de seducción. Pero esas chicas no los dan a cambio de nada. Algunas persiguen el matrimonio o una posición económica".

´MUCHO RUIDO Y POCAS...´ Si algo caracteriza los montajes de Teatro de Fondo es la música y la danza, que también aplica al de Mucho ruido y pocas nueces , de Shakespeare.

Esta historia sobre el paso de una idea del amor cortesano a otro moderno, en que las mujeres y hombres se aman en un plano de igualdad, aporta la música de Rodrigo Guerrero y la danza de Raquel Pastor.

La comedia shakespeariana (una princesa llega a Mesina tras ganar la batalla contra su hermano y urde un juego para casar a una pareja que se odia) tiene un telón de fondo muy mediterráneo: la pintura de Sorolla. "En todos nuestros montajes siempre buscamos un referente plástico: Magritte, Klimt. En este, como la obra transcurre en el Mediterráneo, escogimos al pintor que mejor ha reflejado este mar", afirma Vanessa Martínez, directora y autora de la versión.

´EL MERCADER DE VENECIA´ El Shakespeare de Denis Rafter es fiel al original, que es actual porque habla de las cosas fundamentales del ser humano. Del odio, del amor. "Nuestra versión es puro Shakespeare", afirma este director irlandés afincado hace años en España. Ha trabajado en varios montajes del Festival de Mérida y con grupos extremeños. Y el exitoso montaje de El hombre almohada , de Teatro del Noctámbulo, lleva también su firma.

¿Cómo encaja hoy un personaje como Shylock, caracterizado como judío y avaro? "Bueno, hay otros arquetipos: el irlandés borracho, el inglés frío o el español de capa y espada.... Shakespeare está por encima de los estereotipos. Nos muestra el interior del hombre, su grandeza y sus miserias". Rafter mantiene una posición de respeto visual a al autor inglés. Nada de traslaciones temporales a otra época histórica. Aquí, Venecia es Venecia. Sus personajes son venecianos, "gente interesada en el dinero y el amor". "Hay que ser respetuoso sin ser servil", dice. ¿Y cómo hacerlo? "No hay que abusar de un autor para exponer tus pesadillas o tu visión del mundo. El plantea una trama, unos personajes y un lenguaje. Y eso hay que respetarlo".