Acusaron al sector de la aceituna de mesa de estar realizando importaciones subsidiarias y comercializando a un precio inusulamente bajo. Fueron dos empresas californianas (Bell-Carter Food Inc. y Musco Family Olive) las que el pasado verano presentaron una demanda por competencia desleal (el llamado ‘dumping’) que avivó la guerra contra las olivas españolas. Ya había ocurrido antes con la clementina y el aceite. Forma parte de la estrategia proteccionista de Donald Trump con los productos americanos.

Esa demanda iba directamente dirigida contra la aceituna negra, una variedad predominante en los olivos del norte de Cáceres.