Los análisis realizados a los residentes y trabajadores del centro de Nuestra Señora de Sopetrán han desvelado que dos empleados, precisamente los que elaboraron la cena del día 10, son portadores de la bacteria que causa la salmonela, aunque no han desarrollado la enfermedad.

Este hecho lleva a sospechar que pudieron ser estas personas, que han sido apartadas de su labor, las que contaminaran los alimentos que luego se sirvieron. Sin embargo, el consejero de Sanidad señaló que "posiblemente nunca sabremos si los trabajadores dieron positivo porque eran antes portadores de la bacteria o porque se contaminaron al manipular los alimentos que ya la llevaban".

En cualquier caso, tanto Guillermo Fernández Vara como Leonor Flores explicaron que ambas personas poseen el carnet que les habilita como manipuladores de alimentos y que en los análisis realizados anteriormente no habían dado positivo en ninguna enfermedad que se pudiese transmitir a través de su labor en la residencia.

SILENCIO EN EL CENTRO Mientras tanto, los responsables del centro siguen guardando silencio. Ayer, un portavoz, que no quiso desvelar su cargo, indicó que no se pronunciarán sobre el brote, hasta que no haya datos oficiales, "ya que no tenemos nada todavía, ni resultados de análisis, ni nada", y agregó que "cuando tengamos los resultados analíticos, hablaremos".

Tras cuestionar las fechas que se manejan sobre inicio de la intoxicación, concluyó su breve comparecencia, tras instar a los periodistas concentrados ante el geriátrico a que abandonaran el recinto. Tampoco permitió que se entrevistase a las personas mayores que a esa hora se encontraban tomando el sol en uno de los patios de la residencia de ancianos afectada.

En cambio varios de los residentes que paseaban por las inmediaciones sí accedieron a relatar la experiencia vivida. A este respecto Julián de la Flor, de Madrigal de la Vera, dijo que "los enfermos no podían comer nada, porque todo lo devolvían", ignorando si todo fue debido a un postre. Tampoco su precisar el número exacto de fallecidos.

"Lo que sí hay todavía son un par de ellos graves en el hospital", indicó. Por lo demás dijo que "aquí se vive bien, lo que ocurre es que me cobran 486 euros al mes y ahora dicen que nos van a subir".