Galp o Cepsa. Cepsa o Galp. Uno de los dos gigantes ibéricos del sector de los hidrocarburos se hará en los próximos días --salvo sorpresa mayúscula, aseguran los analistas del sector-- con la propiedad de las 600 estaciones de servicio de la petrolera angloholandesa Shell en España y Portugal, tres de ellas en Extremadura. La operación de compraventa se valora en más de 700 millones de euros y está estrechamente vinculada, en el caso de Galp, al proyecto de instalación en la comunidad extremeña de la refinería de petróleo que lidera el industrial jerezano Alfonso Gallardo, en el que el grupo portugués se perfila como favorito para ser socio tecnológico.

Shell terminará de negociar la semana próxima la venta de sus 305 gasolineras españolas y 290 lusas, según publicó ayer El País . Cepsa figura en las quinielas como principal candidata para hacerse con la red de estaciones de servicio. Otra posibilidad es que ambas compañías pacten un intercambio de activos desde una posición ventajosa, aseguran las fuentes consultadas por el diario madrileño.

Sin embargo, Galp ha emergido con fuerza en las conversaciones para adquirir el negocio de Shell, por delante de otros operadores como BP, Agip y una multinacional estadounidense. Como ha publicado EL PERIODICO, el grupo portugués quiere reforzar de forma definitiva su presencia en la Península Ibérica participando en la creación de una nueva refinería junto a Gallardo en territorio extremeño e incrementando su red de distribución de carburantes a través de la operación de Shell. Los dos proyectos van unidos en la estrategia de Galp.

No obstante, el sector da por seguro que la petrolera portuguesa seguiría interesada en la refinería aunque finalmente Cepsa ganase la carrera por las estaciones de servicio de Shell.

La estrategia de Galp

Galp, que controla 16 gasolineras en Extremadura, tiene una cuota de mercado del 4% en España y su objetivo es duplicar ese porcentaje en el próximo trienio. Hace un año, dio el primer paso importante con la compra de la mitad de las 187 gasolineras de Total a través de un intercambio de activos.

Además, hace tiempo que la multinacional lusa puso su punto de mira en la región. Aquí posee, al margen de las estaciones antes citadas, la distribución de butano a domicilio en Badajoz y, desde hace algunos meses, el servicio de gasóleo para calefacción.

Shell, por su parte, quiere poner fin a un centenar de años de presencia en el mercado ibérico. La medida es una más de su plan de ajuste.