Las cinco principales organizaciones ecologistas del país manifestaron ayer en Mérida su firme oposición al proyecto de refinería del Grupo Gallardo en Tierrra de Barros e instaron al Ministerio de Medio Ambiente, Medio Rural y Marino a emitir una declaración de impacto ambiental negativa. De lo contrario, advirtieron, recurrirán ante las altas instituciones europeas para que paralicen la iniciativa.

Greenpeace, Ecologistas en Acción, SEO-Bird Life, la Red WWW Adena-Adenex y Amigos de la Tierra entienden que el complejo petrolífero, el oleoducto y distincias instalaciones asociadas afectarían a 14 espacios naturales de Badajoz y Huelva protegidos por la Unión Europea a través de la Red Natura 2000.

El responsable de la campaña contra la contaminación de Greenpeace, Julio Barea, alertó de que la "lucha" contra la instalación de la Refinería Balboa "ha dejado de ser solo de Extremadura" y anunció que la presión ecologista será ya de ámbito nacional, informa EP. En palabras de Barea, el proyecto de Gallardo es "ambiental, social y sanitariamente inviable en una zona de interior como Extremadura" y, en esta línea, criticó el "encabezonamiento" de sus promotores, que "con un apoyo político clarísimo, por parte de la Junta y del Gobierno" busca dar luz verde a "una completa atrocidad".

Los cinco colectivos conservacionistas, junto a la Plataforma Refinería No, consideran que la refinería tendrá nefastas consecuencias para el medio ambiente y la salud de las personas, principalmente por la emisión de partículas en suspensión. Esto implica, entienden, que, en lugar de revitalizar la economía local, la va a perjudicar gravemente, ya que la agricultura se verá severamente afectada y esta es la actividad principal de la zona.

A esto añaden las emisiones de CO2 de la refinería, que contribuirán al incremento del calentamiento global y a incumplir los acuerdos del Protocolo de Kyoto. Por otra parte, alertan del "impacto directo" del oleoducto sobre el Parque Nacional de Doñana, "introduciendo un riesgo de vertido inasumible para infinidad de hábitats".

Además, reflexionan en torno a que el proyecto prevé un consumo de 4 hectómetros cúbicos de agua en una tierra como Extremadura, con unos recursos hídricos muy limitados. "Esto podría suponer que el abastecimiento a la población peligrase en las épocas de sequía; incluso la Confederación del Guadiana ha reconocido el riesgo de vertidos a las aguas del Guadiana, ya contaminado", aseguran.

Por su parte, el colectivo Refinería No organiza este mediodía una "toma simbólica y pacífica" de la finca de la Sierra de San Jorge donde se pretende construir la refinería. Allí se realizará una siembra de encinas para simbolizar la defensa del medio ambiente.