El secretario general de Educación, Angel Benito, señaló ayer que entre las conclusiones de los jornadas sobre violencia de género en el contexto educativo, celebradas en Mérida, destaca la certeza de que las situaciones de violencia doméstica tienen su reflejo en las aulas. Según señaló, "este no es un problema que nazca en el ámbito educativo, sino que está en la sociedad y contagia a las aulas".

De este modo, Benito explicó que cuando un alumno muestra problemas graves de rendimiento o un comportamiento inadaptado, casi siempre está relacionado con una situación familiar desestructurada o con problemas de violencia, ya sea de maltrato a la mujer o maltrato infantil, que el escolar traslada al centro educativo.

Esto explicaría, según señaló, muchos casos del denominado bullying o acoso hacia algunos alumnos por parte de otros, "que configuran una presión ambiental a veces muy difícil de detectar por los profesores, que pueden carecer de preparación para determinar los límites entre una broma y una agresión psíquica, y que, muchas veces están siendo sobrecargados de responsabilidad".

PROGRAMA PIONERO Por eso, Benito destacó la importancia del programa pionero puesto en marcha en Extremadura, que intenta detectar y combatir las causas que provocan estas situaciones desde el ámbito educativo. "Porque creemos en el poder transformador de la educación, y estamos seguros de que actuar en ella es uno de los medios más eficaces para acabar con la lacra del maltrato", añadió.

En este sentido, apuntó que es "imprescindible" que los padres se impliquen y colaboren con el profesor, "porque no se puede dar un mensaje en las aulas y el contrario en los hogares". Esa colaboración estaría basada en un diálogo fluido, que aborde cuestiones como la existencia de la violencia en el entorno del alumno, el acceso a determinados contenidos televisivos, los juegos, la relación con los amigos y las directrices educativas, "creando un marco de respeto y confianza que permita potenciar la no violencia en todos sus aspectos y romper las conspiraciones del silencio, facilitando al alumno situaciones en las que hable con libertad".

Además, el secretario de Educación, que reconoció: "Quizá estemos cargando demasiado los curriculums escolares", indicó que se ha planteado implantar como asignatura la educación para la ciudadanía, "que no es más que educación para la convivencia", y que pretende romper con los mitos y tópicos que abonan el maltrato.