Don Benito vivió ayer el día después de una tarde en la que las sirenas rompieron la apacible tranquilidad de la capital de las Vegas Altas. Las catorce personas que finalmente fueron atendidas por inhalación de humo recibían el alta e incluso una de ellas, un policía local que actuó de forma arrojada y heroica, se incorporó con normalidad al trabajo en el turno de mañana.

Pero antes de esta normalidad, las sirenas habían quebrado el lunes a hora punta (en torno a las 8 de la noche) el ajetreo de una de las principales arterias comerciales de Don Benito: la calle Ayala. "Se está quemando el piso de Petri y hay algunos vecinos que no pueden salir. ¡Qué desgracia, Dios mío!", comentaba una inquilina del bloque que acababa de ser desalojada por las primeras unidades de la policía local y policía nacional, el número 1 de la calle Ayala.

La gran cantidad de vecinos que habitan este bloque y otros colindantes de la propia calle Ayala y la perpendicular García Lorca, desalojados por precaución, llenó enseguida de gente el exterior. Ello, sumado a la aglomeración de curiosos y a la llegada de las primeras ambulancias, obligó a cortar al tráfico el vial de los impares de la calle.

Las primeras noticias en número de afectados eran confusas, pero todas coincidían en localizar como 'zona cero' una vivienda de la cuarta planta del número 1 de Ayala. Esa planta cuenta con cinco viviendas; tres de ellas habitadas y dos vacías. En una salita de una de ellas se había originado el fuego; justo era la más cercana a la escalera de escape, con lo cual los inquilinos de los otros dos pisos habitados de la planta quedaban atrapados por el humo. Con virulencia, las llamas eran visibles desde el patio interior, en la planta baja, por algunas personas que a esa hora acudían o salían del gimnasio de Emilio, el Fitness Center. Dentro, Petri, con movilidad reducida, y su marido, corrían peligro, aunque fueron rescatados por los agentes, antes de que las llamas devorasen abundante material textil. Los bomberos empezaron a extinguir el fuego mientras que los otros seis vecinos atrapados huían a los rincones más alejados de sus respectivos pisos para eludir el humo hasta ser finalmente rescatados, concretamente eran los cinco miembros de una familia (entre ellos varios menores), por un lado, y una mujer mayor que vive sola en otra vivienda.

Bomberos, policía local y nacional, 112, ambulancias convencionales, Cruz Roja y Protección Civil se afanaban en atender a las personas intoxicadas y derivarlas en muchos casos al hospital comarcal Don Benito-Villanueva. A medida que fue avanzando la noche eran dadas de alta las primeras personas afectadas hasta que finalmente a media mañana de ayer recibían el alta hospitalaria Petri y la dueña del piso colindante, que eran las últimas en abandonar el hospital. Aunque con el susto en el cuerpo, final feliz en lo personal porque todos están sanos y salvos; no así en lo material porque la vivienda de Petri sufre abundantes desperfectos por llamas y humo. Un humo que se extendió por estancias comunes y pisos de varias plantas.