Los consumidores deben pagar en las tarifas eléctricas los elevados costes de producción que les supone a las compañías las energías renovables. Es la postura unánime de las empresas eléctricas que han justificado así la inminente subida de la factura de la luz que el Gobierno ha acordado. Y es que aseguran que su déficit tarifario (la diferencia entre lo que les cuesta producir la energía y lo que ingresan por las facturas) es de 20.000 millones de euros. Lo han dicho esta mañana durante el seminario La evolución en la regulación de los mercados energéticos: seguridad, calidad, precio y sostenibilidad que se celebra en Mérida y que está organizado por la Fundación Caja de Extremadura.

La cita ha sido inaugurada por el presidente extremeño, Guillermo Fernández Vara, que ha destacado que Extremadura solo consume una tercera parte de la energía que produce, y que en el año 2013 un 120% de la energía que produzca la región procederá de fuentes renovables. Extremadura, ha dicho, "puede ser muy buena foto fija del mix energético" que buscan las autoridades competentes para aglutinar en el mercado las energías procedentes de combustibles fósiles con las llamadas limpias (que llegan del sol, la biomasa y el viento).

A la jornada han faltado los presidentes de Iberdrola, de Gas Natural Fenosa y el consejero delegado de Endesa, inicialmente anunciados, y que han sido sustituídos por los responsables de Regulación de estas tres empresas. El que sí ha estado ha sido el presidente de HC Energía, Manuel Menéndez, que ha insistido en que "los costes no se están llevando totalmente a la factura del consumidor y de ahí el déficit tarifario y que haya que subir el precio de la energía como consecuencia de los costes de producción de las renovables"; una idea por la que también apuesta el director general de Regulación de Endesa para Andalucía y Extremadura, Francisco Arteaga, para el que "esos costes tendrán que repercutir tarde o temprano en los consumidores". Su colega en Iberdrola, Carlos Emilio Sallé, asegura que esos costes "deberían recaer en los presupuestos generales del Estado o repartirse entre los consumidores de energía" y propone además un pacto de estado con una hoja de ruta para actuar durante los próximos veinte años independientemente del Gobierno de turno.

Desde Gas Natural Fenosa, José Antonio Guillén, insiste en que el modelo elegido "es caro" y prevé que el incremento de la demanda energética en los próximos diez años sea del 27%, mientras que los costes de producción en ese período serán de un 67% mayor, por lo que la factura de la luz debería aumentar a razón de más de un 4% anual para equilibrar esas pérdidas.

En este sentido, la presidente de la Comisión Nacional de la Energía, María Teresa Costa, reconoce que "hay un grave desbalance financiero, porque la deuda de los consumidores con el sistema energético es de 20.000 millones, por lo que es necesario revisar los costes de acceso", aunque "eso no quiere decir que deba haber cambios en la hegemonía de España en las energías renovables, sino que hay que buscar la eficiencia financiera para no aumentar esa deuda", apostilló.

Por su parte, Fernández Vara también apuesta porque "los dos grandes partidos se pongan de acuerdo en los próximos veinte años" sobre el modelo energético que debe tener España, mientras que invita a "reflexionar sobre el coste de recibir la luz" e insta a "racionalizar el consumo eléctrico".