Titulada en Ciencias del Deporte y aún estudiante --"tengo claro que seguiré formándome"-- Elena Ruiz acaba de asumir la presidencia del principal ente de representación de los jóvenes, aunque muchos lo desconozcan. Lleva más de una década en el movimiento asociativo, principalmente ligada a los Scout, pero también en el asociacionismo estudiantil. "Siempre he creído que si tenemos quejas hay que transmitirlas, y qué mejor que hacerlo desde dentro". Esta es una etapa más.

--Lidera la organización que representa a los jóvenes extremeños en un momento complicado para los jóvenes.

--Es cierto que se están vulnerando varios derechos y no están consiguiendo unas condiciones para poder desarrollarse como personas en cuanto a empleo y emancipación. Desde el principio, una de nuestras líneas básicas tiene como referente que el riesgo de pobreza entre los jóvenes supera el 50%. Como consejo tenemos las medidas reducidas en este ámbito, pero sí queremos ser altavoz y portavoz del problema.

--¿Por qué decidió dar el paso?

--Ya participé en la ejecutiva en los últimos años y me parecía que aún quedaban cosas que quería hacer. Por eso, tres miembros decidimos continuar.

--¿Habrá continuidad con la gestión del equipo anterior?

--Variarán los temas principales. Nos planteamos cuatro, entre ellos la pobreza juvenil o la necesidad de modificar el sistema educativo, de abrirlo. Pero también la defensa de los derechos humanos, que es una base de nuestro plan de acción porque a pesar de estar en el siglo XXI tenemos problemas como la violencia de género, los machismos o el problema de los refugiados... No solo se vulneran los derechos humanos, sino que se están invisibilizando

--Lejos de abordarse temas nuevos, los problemas se mantienen ¿No tienen la impresión de que el trabajo que hacen no llega?

--Es cierto. Una de las realidades que vivimos es que la mayoría de la población no nos conoce. Somos un organismo extraño y mejorar la visibilidad es otro de los objetivos.

--Las dos candidaturas que concurrían estaban lideradas por mujeres. ¿Es un tiempo nuevo?

--Creo que ha sido una bonita casualidad. Pero es el reflejo de que tanto hombres como mujeres podemos llegar a la máxima representación.

--¿Qué cambios le gustaría encontrarse en 2018, cuando concluye su mandato?

--Es complicado porque en dos años todo puede cambiar mucho, pero sí me gustaría que el consejo fuera más útil para todas las entidades que lo integran y para las que no están. Tenemos que ser los representantes de la juventud.

--Los estatutos del consejo de la Juventud acumulan seis años de retraso ¿Por qué?

--Han pasado varios gobiernos, hemos tenido reuniones, distintas adaptaciones... Creemos que ya estamos en la última fase, pero creo que no ha habido mucha disposición por facilitar las cosas. No es algo que nos limita en el día a día, con 30 años de historia. Pero espero que estén bajo este mandato y que en la próxima asamblea esté todo más claro.

--¿Cómo es el joven extremeño? ¿Se implica en el asociacionismo?

--Creo que el asociacionismo está en riesgo de extinción, porque para que una persona pueda cubrir sus necesidades asociativas, primero tiene que tener las necesidades prioritarias cubiertas; un trabajo, una vida estable. Y tal y como está el asunto es difícil, porque la mayoría está en precario. Ha bajado el número de personas asociadas en los últimos años, pero los que están se implican mucho.

--Una investigación del equipo de su predecesor dibujaba un futuro desértico para los jóvenes en la región. ¿Quién o quiénes son los responsables?

--Es difícil señalar a un responsable. Los jóvenes se iban a estudiar a la universidad y luego se quedaban en su localidad trabajando. Ahora vuelve a haber emigración y eso no es malo, pero hay que conseguir que puedan volver o que vengan otras persona a cubrir esos puestos. En las zonas rurales hay recursos como turismo, ganadería o agricultura, sobre los que hay que trazar políticas que mejoren la empleabilidad. Si una oficina no requiere estar en una ciudad, ¿por qué no llevarla a localidades más pequeñas?

--Ese estudio era una primera fase sobre la que había que ahondar. ¿Continuarán esa tarea?

--Nos gustaría, porque se han extraído conclusiones muy interesantes que nos han sorprendido. Es necesario investigar en materia de juventud porque nos puede ayudar a concretar más las políticas de juventud.

--¿Los jóvenes están desencantados?

--Sí, pero también más reivindicativos. Se ha incrementado la participación crítica de la juventud en la sociedad. El detonante quizás fue el 15-M, que ha logrado que la política llegue a pie de calle y todos seamos más conscientes de que sí se pueden cambiar las cosas yendo de la mano.

--¿Qué espera de esta nueva etapa tras la última cita electoral?

--Que se nos escuche, que se hagan mejores políticas de juventud y se mejoren las condiciones de vida de los jóvenes incrementando la empleabilidad y con buenas políticas de empleo juvenil. Pero también creo que es fundamental que cambien problemas de base, que haya un pacto por la educación.

--Reino Unido es un destino preferente de la emigración de jóvenes al extranjero y acaba de aprobar salir de la UE. ¿Cómo puede afectar?

--Aún queda mucho por decidir. Es un poco pronto porque habrá que ver bajo qué condiciones y qué políticas de emigración que llevarán a cabo. Cuando las conozcamos será el momento de ver si son condiciones tan duras como las que existen en países como Estados Unidos o Australia.