Las intensas lluvias de la última semana y las precipitaciones acumuladas, principalmente desde el mes de abril, han revertido el año hidrológico extremeño de forma poco habitual y han elevado los pantanos a cifras por encima de las registradas habitualmente en esta época, principalmente en la provincia de Cáceres, donde alcanzan el 91% de su capacidad e incluso ayer se iniciaron trabajos de desembalse en Alcántara para reducir sus reservas, por encima del 97% (94,68% según los datos de Embalses.net).

En términos absolutos, las cuencas extremeñas acumulan 11.261 hectómetros cúbicos y están al 79% de su capacidad, lo que está por debajo de la misma fecha del 2015 (82,7%). Son los embalses de la provincia de Cáceres los que elevan el nivel de agua en la región por encima del 90, volumen que superan los principales pantanos de la provincia, entre ellos el de Alcántara, y Valdecañas, y que roza el de Cedillo (89,23%). Mientras tanto en la provincia de Badajoz, donde el volumen acumulado es del 68%, se encuentran en términos generales por debajo del que contenían en mayo del 2015 y solo los embalses de Orellana (85%) y La Serena (74%) superan esa media.

El periodo entre el 5 y el 12 de mayo ha sido calificado por la delegación extremeña de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) como "muy lluvioso". Casi todas las estaciones meteorológicas de la región alcanzaron en los últimos ocho días los valores medios de las previsiones que había para todo el mes de mayo, principalmente en las que están instaladas en el norte de la provincia de Cáceres, pero también en el sur de la de Badajoz (áreas de Fregenal y Monesterio). Se ha superado de sobra la media mensual y en algunos casos incluso se ha duplicado la cifras previstas para todo el mes de mayo. "En los sensores de Hoyos y Nuñomoral se ha registrado en estos días un 200% de precipitaciones", afirma Marcelino Núñez delegado territorial de la Aemet en Extremadura.

Con estas cifras, el servicio meteorológico aventura ya que este mes de mayo pasará a la historia "como uno de los más lluviosos de los últimos 30 años", a pesar de que aún queda más de la mitad de los días por delante. De hecho, de mantenerse la tendencia podría convertirse en el mes de mayo más lluviosos de las tres últimas décadas, aunque eso último es poco probable porque a partir de la próxima semana se prevé que el anticiclón predomine. Y entre junio y agosto las precipitaciones estarán previsiblemente por debajo de la media y serán poco relevantes, como es habitual en esa época.

DE SECO A MUY HUMEDO

El panorama no tiene nada que ver con el que había hace justo un año en la región. Según los informes de la Aemet en 2015, el mes de mayo fue "muy seco y extremadamente cálido", hasta el punto de que fue el mayo más cálido de los últimos 30 años.

Pero por encima de eso, destacan que las lluvias de las últimas semanas "han conseguido algo muy complicado, que es cambiar la tendencia que existía", explica Núñez. El otoño y el invierno invierno son tradicionalmente los periodos que marcan la tendencia del año hidrológico porque son los meses en los que más precipitaciones se acumulan, principalmente entre noviembre y diciembre. Sin embargo no ha sido así en el año actual.

Los informes de la Aemet para esos meses registraban un balance de precipitación acumulada desde septiembre hasta diciembre de 2015 que consideraban "seco", con valores promedios para la región, de 216,7 litros por metro cuadrado, lejos de los 293,5 litros que marcan los valores medios. El balance que hacían el pasado mes de diciembre era "negativo, en general, "salvo en zonas del norte de la provincia de Cáceres".

Y según la tendencia habitual, si el otoño y el invierno son secos es difícil que que la primavera logre remontar esa situación. "Para conseguirlo tiene que llover el doble de lo normal‡", dice Núñez. Y eso es justo lo que ha sucedido.

"Es extraño que pase, pero ha ocurrido algunas veces", recuerda el responsable de la Aemet en la región. De hecho en el 2013, un otoño y un invierno secos fueron seguidos del mes de marzo más lluvioso de la historia que revirtió la situación. Y algo similar ha pasado esta primavera, aunque en esta ocasión, principalmente por las lluvias de los meses de abril y mayo.

Desde principios de abril ha llovido en Extremadura el doble que el año pasado. En los registros de ese mes, la Aemet lo calificó en 2015 como "normal" en cuanto a precipitaciones, aunque en puntos de Vegas del Tajo y Alagón, en la meseta cacereña y en el extremo noreste de la provincia de Badajoz, las precipitaciones estuvieron por encima de la media. El pasado mes de abril, sin embargo, ha terminado este año como "muy húmedo" en la región y ha llovido por encima de la media, tanto en el número de días de precipitaciones como en el volumen acumulado, lo que permitía ya recuperar la situación del año hidrometeorológico, que pasaba a ser considerado "normal".

Las lluvias registradas en las dos primeras semanas de mayo han confirmado esa tendencia con valores que superan los 271 litros acumulados en Piornal, los 253 de Garganta la Olla y los 221 de Nuñomoral; o jornadas con 84 litros en Torrecilla de los Ángeles o 76 en Navalmoral, que obtuvieron los valores máximos de la región.