La Asociación Extremeña de Empresa Familiar (AEEF) ha calificado hoy como "muy negativos" los efectos que tendrá la modificación de la ley autonómica del impuesto de donaciones y sucesiones, que ha suprimido las bonificaciones, ya que supone un obstáculo para la continuidad de las empresas y fomenta la deslocalización.

El presidente de esta asociación, José Piñero, ha presentado hoy un informe sobre los efectos que tendrá esta modificación aprobada en diciembre de 2016 y por la que se modifica el régimen de bonificaciones para donaciones sujetas a este impuesto, sobre todo las relativas a las dinerarias, "que se han suprimido todas".

A modo de ejemplo, ha señalado que en 2014, cuando no existía bonificación, se formalizaron 1.222 escrituras de donación en Extremadura (aunque no todas son de empresas), mientras que en 2015 y 2016, con bonificación, las escrituras se elevaron hasta 3.898 y 3.985 respectivamente, un aumento que se considera bastante significativo.

Ha explicado que con esta modificación "se impide que se puedan poner fondos en manos de las personas que van a continuar con el relevo generacional" y en el caso de las participaciones o empresas, "realmente no hay bonificación, porque los valores fiscales permanecen y lo que hay es un diferimiento del impuesto".

José Piñero ha recordado que un aspecto fundamental para la continuidad de la empresa familiar es la planificación de la sucesión y que el relevo generacional se produzca en vida del empresario "y para ello es necesario contar con un régimen fiscal en el impuesto de donaciones más favorable posible".

Ha añadido que el régimen fiscal del impuesto debe contener unos requisitos sencillos de cumplir y valorables objetivamente "sin necesidad de recurrir a interpretaciones subjetivas que hagan muy difícil su aplicación práctica".

Piñero ha puesto de manifiesto también que la existencia de un marco favorable para este impuesto, además de evitar la deslocalización, atrae inversiones foráneas a Extremadura desde otras comunidades autónomas.

Además, asegura que la pérdida de recaudación por la bonificación o eliminación de este impuesto se compensa con la mejora de recaudación a través de otras medidas impositoras, como el IRPF o la denominada plusvalía municipal, que corresponde a cada municipio donde radica el inmueble.

El presidente de la AEEF, que agrupa a unas 200 empresas, con un facturación de unos 1.300 millones de euros y que da empleo a 8.150 trabajadores, también ha puesto de manifiesto que las donaciones reactivan la economía porque incorporan al mercado fondos que están en cuentas inactivas o inmovilizadas "y lo ponen en circulación en la economía productiva".

Por ello, considera que este impuesto "de debe reformar en profundidad y eliminar todas las trabas y requisitos de carácter subjetivo", ya que, en su opinión, "a veces se lanzan leyes, pero son difíciles de cumplir y quedan vacías de contenido".

José Piñero cree que es difícil cuantificar cuanto dinero se dejarán de poner en circulación por esta modificación, pero cree que cualquier normativa tiene la obligación de facilitar esos procesos.

"Es absurdo que cuando una empresa nace se faciliten y abran todas las puertas y, sin embargo, cuando se va a producir el relevo generacional haya tantos requisitos", ha dicho José Piñero, que lo atribuye a que se cree que en todos los procesos generacionales "va a haber incumplimiento".

En su opinión, si hay personas que no afrontan el relevo generacional de manera seria y cumpliendo la ley "para eso están los servicios fiscales e inspectores", pero no se puede hacer medidas "por si acaso alguien se sale de la norma" y que este sea siempre "un impuesto que esté bajo sospecha" y por personas "con una posición fiscal dudosa".

Ha reiterado que hay comunidades autónomas distantes menos de 50 kilómetros con una aplicación distinta "y eso es grave", por lo que cree que sería necesario "no solo armonizar el ingreso, sino también el gasto" y ha añadido que si hay regiones que son paraísos fiscales "es porque existen los infiernos fiscales".