Los empresarios pacenses trasladarán a la Junta de Extremadura la necesidad de mejorar la carretera que une Badajoz y Cáceres, Ex-100, para convertirla a corto plazo en una vía rápida con carriles de aceleración en los tramos hoy más lentos.

El presidente de la Confederación de Organizaciones Empresariales de Badajoz (Coeba), Emilio Doncel, ha señalado a Efe que los empresarios pacenses consideran hoy "prioritario" acortar los plazos entre ambas capitales provinciales.

Los empresarios prevén transmitir, tras el verano, al Ejecutivo extremeño que si hoy es inviable la autovía Badajoz-Cáceres por la situación económica, al menos se invierta de forma urgente en desdoblamientos de vías en los tramos más lentos.

En los tramos de subidas y curvas es habitual la acumulación de tráfico debido al tránsito de camiones, lo que eterniza el desplazamiento desde Badajoz a Cáceres, ha asegurado Emilio Doncel.

Por este motivo, Coeba solicitará que la carretera pueda convertirse en estos tramos en vía rápida, al estilo de los existentes en las AP-1 portuguesas, donde los coches puedan sobrepasar sin problemas a los camiones.

Esta petición, que también se realizará en el caso de la carretera Badajoz-Zafra, es "clave" en un contexto en el que Extremadura sigue sin infraestructuras como el AVE y sin autovías proyectadas.

"Si la comunidad quiere ser competitiva y dejar de ser Objetivo 1 para la Unión Europea (UE), -ha dicho- debe tener como prioritario unas buenas comunicaciones, pues en caso contrario se ponen muchas trabas a los empresarios, cuyas gestiones se eternizan".

Para Doncel, resulta "prioritario" trasladar al Gobierno central la necesidad de las mejoras en el transporte del ferrocarril, donde ha abogado por nuevas iniciativas reivindicativas de las distintas administraciones y agentes sociales, pero también considera "clave" la carretera.

Como ha explicado, "hoy todo se mide por tiempo, y no se puede tardar una hora y pico en llegar a Cáceres".

De todas formas, ha reivindicado la autovía Badajoz-Cáceres en cuanto las posibilidades económicas lo permitan y que, por tanto, el proyecto no se quede en el cajón del olvido.